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CUARTA PARTK · SEC I. · CAP VII. ART. II 41:í presencia contribuyó poderosamente a la coordinaci<'m y organi– zacüín del trabajo apost<'ilirn, y en mayo de 1924 celebró el primer Concilio Plt•nario rn Slianghai. Dt· las conclusiones d1·l Concilio resultó la 1wcesidad de ciar vida, en la mayor brevedad posible, a u11a Iglesia indígena normalmente estahlt·cida, hasta que en 1946 St' ha logrado establvcer la j,-rarquía eclesiástica con 20 archidió– ct>sis, 79 dión•sis, 38 prefecturas y una misi<'in independiente, es decir, un total de 138 distritos t·desiústicos con la Sede Pri– mada en Pekín. Existen ya 22 Seminarios mayores, con 918 seminaristas; 108 seminarios menores, con 4.348 alumnos. Estt' numeroso clero indígt·na, con la ayuda dt· un cn~cidn número dt• misioneros de casi todos los Institutos, prorrn:I e un glorioso po1-Yt'n ir para la Igl<·sia en China. Otro mutinl ele es¡wranza es la importante organización de la t·nscñanza cat<'ilica desdf' las escuelas vlenwntaks hasta las gran– d1·s ( 'niYersicbdcs de Pddn, S!innghai y Tientsin, a las que con– cu1Tt~11 nunwrcisos alumnos dP amhns ;;exns. No pos,·c•mos estadís– ticas ri·cientPs, ¡wro con sólido fundamr·nto y sin l'xageración se pul'de calcular qu<' el número rlt católi(·os actuiilnwnte en China pasa el<- los cuatro millones, a ¡wsar dt' la serie d(' rt'Yut'itas y g·u,,1Tas civiles que han {\t,solado ,,¡ país estos i'1ltimos ai'íns (14). 582. Misiones del Japón y de la Corea.- Desput's de las terribll'S pt·rst'cuciones qut' P!l <'I siglo xnr desarraigaron casi por completo el catolicismo en :1qw·l im¡wri(l, 11,1 habían podi<lo entrar t'n t'·I clt· 1111<•,·¡i los misioneros basta la sqc;unda mitad del sig·lo XIX, en qw· bajo la pn•sión de los gohi<·rnos t·uropms st· 1'-s dití en– trada lihn·, sit•rnlo los primt·rus en acudir los sact'fdot<·s del Se– minario di' París. El P. Pditjean, del mismo Instituto, ('flcontró ;,]Jí tnd;1yÍa cristi:1ncis qul', ;1 ¡ws;ir dt· dos sig·l(ls d<' lialwr YÍ\ ido :1isl;1cl()s d<· !!lela t•nst·1fa11zn, sin s;wtTdcJtt•s y sin culto, habían co11- sc•n·;1do su f~, nist ian:1. En auxilio de los sacerdot('S (it-1 Seminario de París vinieron lueg-n los franciscanos, mision<'ros de Stt>yl y dominicos t·spa– ñnlPs. Los j<•suítas ftwrnn t·rffiados por Pío X a fundar una l"ni– vnsiclacl <:atólica en Tokio (1913), la cual, despuf<; de muchas (141 \\'OI.FEHTA"- 7'he ('a/lwl-ic Clwrrl, ·in Ch·ina. I.omlon, HJOfl; LA!"NAY, His– toirc <les ~Hissions rhinc, HlO~; C'HAHIH!'., [.es ·tnissions franciscaines en Chine, avec Atlas, HHfi; Uuiria delle Jfis:iioni C'attoli<•he, p. 17?'i-Í8G; Mo?>.TALBÁN, o. c., p. 629-639.
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