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FXP.\KSH>N ~ITSIOKEHA ('ONTEi\tPOHANK\ tercera se verificó en 1862, en la cual las víctimas superaron aún a la precedente (12). En medio de tantas dificultades y peligros se sostuvieron y siguen sosteniéndose los dominicos, los salesianos, los de las Misiones Extranjeras de Milán y los sacerdotes del Seminario de .'.\1isiones Extranjeras de París, que tienen aquí su principal campo de acción y donde se han acreditado ya desde antiguo de excelentes misioneros. 581. Misiones en China.--Las m1s1ont~s en China sufrieron frecuentes y cruelísimas persecuciones, las cuales fueron obstácu– los insuperables a la acción de los misioneros. Mons. Duffresse, obispo, que celebró el Concilio de Szechwan en 1873 y clió su vida por la fe en 1813; en 1840 rccibi(Í tamhi(·n la palma del martirio el B. Gabriel Perhoyre. Los franceses t'. ingleses, en el 1845, lograron entrar t·n Shang·hai y Hong·-Kong y obtuvieron la libertad de culto para los cristianos. El emperador chino Hieng– fong (1850-1861) quería arrojar de la China a todos los europeos, pero se opusit>ron Francia e Inglaterra y obligaron :il g·obierno chi– no a firmar el tratado de Tirntsin ( 1857-1860), que permitía la prác– tica de la religión católica. Los misioneros de diversos Institutos habían conseguido fundar cristiandadts bastante florecientes, cuando en 1900 la sangrienta persecnción de los boxers les vino a dar un golpe mortal, devastando territorios cristianos innwn– sos, haciendo numerosos mártires entre los misioneros y más de 20.000 víctimas entre los fo•les (13). En 1900 trabajaban en Chin~1 algunos Institutos misioneros; en 1935 se contaban 25; ahora casi todas las Ordenes y Cong-regaciorws antiguas y modt-rnas han acudido a aquel inmenso campo de operaciones en tal número y con tal celo que huy las misiones en China son de las más flo– n•cientf,s y seguramente las de porvenir más halagüeño, si se logran vencer los avances del comunismo. El clero indígena ,~n China ha crecido de tal manera que en 1935 se l(• podían confiar y:1 21 diYisiorws ecl1•siásticas, y en tocio el territoíÍo chino se contaban ya 121. En 1922 la Santa Sede envió como Delegado Apostólico a Mons. Celso Costantini, cuya (121 Cfr. Prot.ET. l,C's .ifissions <'atholiquC's fra11¡•aises au XIX• sieclc, Paris, 1!l01"HJ08; LAUN"\Y. l/i,toire qr"1,,·r1111' di' la S1u·ict,' dl's JI issions I-:trano,1res, Pa" ris 18!!4. (13) El día 24 dP novit-mhre <IP 1!!46 fueron be:ititka,los por Pío XII 29 de estos mártires"
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