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-110 HENACIMIE'-:TO .:\IISI<)NAL CONTfü\II'OllANEO El espíritu misionero de los Sumos Pontífices ha sido eficaz– mente ejecutado por las Congregaciones Rumanas, t·specialmente por la Sagrada Congregación de Propaganda Fidl' y por la Sa– grada Congregación Oril'ntal. Los obispos y demás grados de la jerarquía eclesiástica han secundado lus dt>seos de la Santa SedP, contribuyendo en el respectivo radio de acción al renacimiento misional. 575. B) Nuevos Institutos misioneros. --Gran parte del re– surgimiento misional se dvbe tamhién a los nrn·vos Institutos mi– sioneros de ambos sexos que han ven ido a reforzar a los antiguos. En la imposibilidad de nombrarlos todos, nos limitamos a referir algunos dt' los más ímportantes : la Congregación de Picpus (1800), los Oblatos de l\laría Inmaculada (1816), los l\Iaristas (1822), los Asuncionistas (1845), Instituto de las Misiones Ex– tranjeras de Milán (1850), los l\Iisioneros del Sagrado Corazón (1854), los Salesianos (1859), la C(Jngregación del Inmaculado Corazón de l\Taría (1860), la Congregación de Scheut (1862), la Sociedad de Misiones dt' l\lill-Hill (1866), los Padres Blancos (1868), la Congregación del Verbo Divino (1875), los Misioneros de la Consolata dP Turín (1880), Instituto de San Francisco Javit·r de las Misiones Extranjeras de Parma (1895) y otros muchos ((4). De los Institutos de religiosas recordarnos las Religiosas Blan– cas ((1868), las Hijas de l\Taría Auxiliadora de San Juan Hosco (1872), las Misioneras Franciscanas de l\Taría (1877), las Siervas del Espíritu Santo (1889), etc., etc. (5). Los sacerdotes seculares hán contrihuído poderosamente a este resurgimiento, cspecialmentt' con la fundación de Seminnrios de l\Tisinnes Extranjeras, como Pl de París, que si hiPn fué fundado Pn 1663, alcanzó mayor importancia en el siglo XIX; el Seminario dr, Misiones Africanas dP Lyon (1856), el Pontifido Seminario de Misiones Extranjeras de Burgos (1919) y otros similares. 576. C) Cooperación del pueblo cristiano.--En ritmo siem– prP creciente penetra en PI pueblo cristiano el espíritu misionero y contribuye con diversidad de obras a las misiones, interesán– dose principalnw'nte por las Obras l\1isionales Pontificias «La Propagación de la Fe» (1822), la ((Santa Infancia)) (1843), ((San Pedro Apóstol)), para el Clero indígena (1849). En 1915 el Padre (4) Cfr. AHENS, IIand/Juch der lmth. J[iss., p. 59 y sigs, (5) Cfr. ARENS, O, c., p, 92 y slgs.
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