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408 RBNACIMIENTO :\USIO:-;AL l '.ON'I'EMPOHAJ\, EO ARTíéULO I RENACIMIE:',TO MI::iIO:\AL CONTEMHORAM~O 573. La Providencia divina vela siempre por su Iglesia. Cuan– do parecían a punto de extinguirse las misiones católicas, reciben un nuevo impulso, aumentan rápidamente y se extienckn por todo el mund,J. Desde la segunda mitad del siglo XIX empez/¡ un gran ré:;urgimiento misionero que ha ido aumentando continnamen– te hasta el momento presente, en qm, la fuerza <le! torrenti· evangélico es tan intensa y universal que con razón se llama el siglo XX el Siglo de las .Misiones. Esta nueva Era de oro de la actividad misionera y misional reviste formas poliédricas, tanto en los países católicos como en los !,danos campos de acción mi– sionera. Se ha llegado a un tope nunca visto Pl1 la historia de las misiones. Ese ,:spíritu misional y misionero es como un pleamar que avanza en todas las din·cciones. Entre las diversas causas que hav influído en este gran movimiento, señalamos cuatro : la jerarquía eclesiástica, los nuevos Institutos misioneros, la coope– racidn del pueblo cristiano y la prensa. 574. A) La jerarquía.-En primt:r lugar, tienen capital im– portancia en este renacimiento misional los últimos Sumos Pon– tífices, desde Gregorio XVI hasta el actual felizmente reinante Pío XII. Como en otra parte hemos hablado del Pontificado y las misiones (1), ahora no hacemos más que breves indicaciones. GREG0RIO XVI (1831-1846), que, siendo cardenal había sido prefecto de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, puede considerarse como el verdadero iniciador de esta corriente. El aprobó y favoreció la (,Obra Propagación de la Fei, v de la ((San– ta Infancia», que nacieron en su Pontificado; reorganiz6 la jerarquía eclesiástirn en algunas rt>giones y erigió numerosos Vicariatns v Prefecturas. Pío IX (1846-1878) prosiguió con 'todo entusiasmo la obra de su antecesor, añadiendo gracias y privilegios a las predichas obras misionales, y erigiendo unos 33 Vicariatos Apostólicos y 15 Pre– fecturas. (1) Cfr. p. 90-96.

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