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CUARTA PARTE. - SEC. I CAP VL - ART. I 375 alcanzó fruto tan copioso comn San Pedro Canisio (1597), que, a ir:stanc-ias de Pedrn Fabrn, abrazó la Compañía, y que bien puede llamarse «el .\póstnl de lnc.; pmtestan1t>s;, dt· .\lemania. Trabajó incan·,ahle Pn su convrr,;ión con sus fomusas catequf'– sis, ,·n que se esforzaba principalmente en ganar a la juventud, con sus fn:cuenü'S poh\micas act'r<'a de los dogmas nega.dos por los herejes; Ya]iéndose tamhii\n dt> b pluma, Psnibit•ndo su fa– moso Catecismo, dnndf' f'.ncnntrarnn los misi11n· 0 ros cat('ilicos armas para combatir la herejía. A estos misioneros siguieron otros muchos hijo'i de San Igna– cio, que, extendiéndos,, por toda AlPmania, Suiza, Polonia, Hun– gría, pusieron un dique inquebrantable al avance del protestan– tismo, de tal manera, que bien puede dt'Cirse con , l historiador de la Iglesia J. l\farx, ,,que al influjo y predicación de los jesuítas debe AlPman ia la cnnservación de su fr católica)) (2). 525. La Orden Capuchina.-«Cnmpitió con la Compañía de J est'is -son palabras del mismo historiador-- en la extensión y eficacia de sus ministrrios, principalmentP en AlPmania, la Orden rlP los Capuchinns1; (3) (1528), suscitada igualmente por Dios en aquellos tiPmpos difícilPs, para oponerse al avance de las herejías modernas. En Italia fut'ron los capuchinos Santiago de 1\1olfetta, Juan de Fano,; Jerónimo de Pistoya (1570), ]ns (JU(' dierrin la voz de alerta rontra los errores prntt,st:•ntes. El celo de San Lorenzo de Brin– dis (1559-1609). dPl BPato Benito dt' ·crbino (1560-1625), del V. l\forcos de :\viano i1631-169fl) Y de otros muchos capuchinos. logró no s1'ilo conservar la fr en muchas regiones de Europa cen– tral, sino volver a la ohedirncia de la Iglf'sia comarcas enteras infestadas-"ª por la hNejía. En InglatPrra trabajaron también rn la conversión ele los an– glicanos los cap11chinos Leonardo de París Y ,\n-ángel d,, Lrslír; y en Francia, los hugonotes tuvieron por constantes adversarios a los capuchinos Angel de J oyeuse y, sobre todo, al célebre Padre José du Tremblay (15f)7-1628), ronst•jero del Cardenal Richelieu, r¡uien puso pnrticular empt'ñn en organizar misiones capuchinas entre los lnwonntcs francf'ses. F11P también célebre t'l capuchino Querubín 11!- "\Tari¡•111w (1.56.5-1610), rnrnpañpro de San Francisco (2) J. MARX, Historia di la Iglesia. n. 130, p. 562, trad. Rurz .\:\!ADO. Bal"í'"· lona, 1929. (8) J. MARX, o. c., p. 566.
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