BCCCAP00000000000000000000631

372 EDAD :\IEDL\ S! 'C:C\'!JO PEH!Ol 10 Los franciscanos penetraron ( !; l'I curaz1in de .\frica h~1sta el Con:.;º, donde, después de sufrir Íll!Hlllli'rahles fot y ¡wl lograron conquistar para el EYang li, i muchas de aquellas tribus .. S()h,e todo, despu{,s qw· uno de pri t'" reYt·zrn,]r,s rt'cihir'i el bautismo y em·i1'¡ en 1512 t;rw , mba d,, liun1t'11ajt· al Sumo p¡,1'tÍfin·. Drsd¡~ entrnwes el c;,1,i1;,ism(l frn'. t'xtí'r;di,·nd,i t'!l aquellos pnÍSt"; dt' taí :11arH:r:i, rp:t· ya t'Jl 1553 pudía ast"gurar al Pa¡n t·1 n·y Ju;111 I1 " Portugal, sin ¡ x:1g·eracii'in, qtw todu ( ·, 111 .:·¡ 1 ,·rn ca!i'ilic, 1. En el nortP d · .\frica, por el ct,ntrariu, a pesar dt' los vsful'r– zus de franciscaiws, domi11icos, trinitarios y nwrcedarins, r·l fruto que se conseg·uía t'ra muy escaso, debiuo más (jllt' nada al fana– tismo de los musulmant'S que dominaban el paÍ$ (8). 520. .Métodos misionales en este período.-Aunque el fon– do de la predicación evangélica ha de ser siempre el mismo, pues el Evangelio no cambia nunca, no siempre ha sido la misma la forma de predicar de los misioneros católicos, que han tt'nido que acomodarse a las diferencias de tiempos y de culturas. En este segundo período de la Edad iliedia, t·l cristianismo era ya conocido en casi todos los países dt·l g·l¡¡b, 1, pno ('ll muchas partes había entrado adultnadu por las numt'rusas hnl'jíac; de los siglos anteriores, lo que hacía sumamentt• difícil la evangl'liz(lción de dichos ¡nwblos, qut· no ac;i]i;i;1;rn d1· , ,1mpn·11tlr·r hs clift•– rencias esenciales entre el t·atulicismo y l;;s sect:ts cristianas que ello~ profesaban, ni veían las ventajas de aquél sobr,· éstas. ~\de– más, una nueva rt'ligión habh invadido el mundo: el mahome– tismo, cuyos secuaces, impulsados del fanatisrm I mils ciego, ni siquiera admitían la discusión, ya que tenían como principal pn·– cepto de su religión el propagarla con la fuerza dt· las armas '8). En conformidad con estas circunstancias, hubieron los rnisio– ner0s católicos de variar algt'm tanto su táctica del pt'ríudo ante– rior, para hacer comprender a los herejes y a aquellus·que, sin serlo, tenían ya conocimiento dt' las diversas sc:ctas cristianas, que la única verdadera era la católica; para lo cual era nPcesario que (8) Cfr. Uc;o .1fIO'-l, o. ,. p. lOl. Uo "'·' O. l•' M., Jforo.s 1¡ Cristianos, Vitoria, 1945. (9) Cfr. P . .JOf'A, l1CS inconccrti,\'Hhlf :.:; ou it h/fw musulwan. t•n ('ornptp n'!Hlu de la huitiPmP Semailw dp l\fis.siologit• de LHU\ ::ün, Lrn.J\·ain, 19:H).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz