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368 EDAD MEDIA. - SEGUc'iDO PERIODO sión de los herejes del sur de Francia, sobre todo dt'. los albigen– ses, muchísimos de los cuales volvieron al seno del catolicismo, especialmente después que la santísima Virgen le reveló Pl rezo del santo Rosario. lJ no de sus más gloriosos discípulos, San Jacinto (1183-1257), predicó t'l Evangelio en Rusia, dejando oír su voz en las orillas del mar Neg-ro. Los dominicos i·vangelizaron igualmente las regiones de Pa– lestina, Persia y Armenia, en unión de los franciscanos, consi– guiendo grandes triunfos para el catolicismo los dominicos Fran– co de Perusa, Hartolom<' de Bolnnia, Andrés de Longjumeau. :\lisionarnn también entre los musulmanes de Túnez, Argel y ri.Ia– rrnec11s (1225), donde Guillermo de Trípoli llegó a convt>rtir más dP 1.000 sarracpnos. Por último, su apostolado entre los moros y judíos de España no fué nwnos frcundo, dirigidos ('fl él por San Raimundo de Peñafort (h. 1180-1275), a quien se ddJe la feliz idt ;1 de' fu r Ct de lwhreo cJ¡• dt,nd(· Í(··– ran formarse convenientemente los dominicos quP se sintieran con vocación para estas difíciles misiones. S,, dice qut' San Raí– mundo aconsejó a Santo Tnmás la cnmpusiriéin de un l\fonual de "\pologética católica, que In~, misioneros dominicos pudi1:ran lle– var cnnsigo, sohrP lodo en sus misiones entre sarracenos, que a estP consejo se (iebe la famosa ((Summa contra gentiles,¡ (!). 513. Misiones de los franciscanos.--A la par de los domini– cos, los franciscanos siguieron las hut'llas de su santo fundador, que en su ardiente celo quiso llevar personalmente la luz del Evan– a los mahomPtanos, para lo que ,-mprendió su famnso viaje a Orit·n!(', 1\eg·andn a predicar ;rnte ei mismu Sultún de (1219). Cnn intenci(íll de pasar a 1\farrnecos, había venido tamhii:n Esparfa (1214); ¡wro. por r;1z(m de s;ilrnl, tuni qui· desistir de la t'mprPsa. Dios \p tt·nía rt'sen·:idn ¡nra 'i('r maestro de misioneros mús que para ½l'rln ¡'.] mismo; pu, fw' el primer fundador que lt·– l;isló en su Regla ;1n:rca de bs misiones entre infieles. Sus hij"s, adit•strado,::. pur Urn PXCPlente ma,-stro, no tardaron en dar pnwbas de s11 celo Así vemos que ya en los principios dr~ la Orden y aun en vida del santo Patriarca, cinco frailes menores, San Berardn y compañeros predicaron la fe en (1) Cf:-. B. ALTANER, Dnmtn!kan, rmissionen des 13 Jahrhunderts, p, !!4, Ha• belschwerdt, Hl24.

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