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350 EDAD ANTIGFA. - PRIMER PERIODO 485. La época de las grandes persecuciones.-La Iglesia, que posee una fuerza expansiva intrínseca, no se detuvo en su marcha triunfal con la muerte de los Apóstoles, sino que se ex– tendió rápidamente por el mundo conocido, gracias sobre todo a los discípulos inmediatos de los Apóstoles y al celo y ciencia de los Padres c\postólicos, y con ellos legimws t'llleras de misio– neros anónimos para quienes el primer deber, dPspués de recibir el bautismo, era trabajar para que lo recibieran igualmente sus conciudadanos . .\penas el cristianismo conwnzó a ma11ifvstarst: públicamente se leYantaron perseguidores para combatirlo. El Imperio Roma– no era tolerante con los dioses de las di-versas naciones, porque consideraba las divinidades nacionales como necesarias para la t'XÍStt'ncia dt·l mismo. El cristi:mismo, como cnmln1tí:1 tales divi– nidades y no quería doblar sus rodillas ante los ídolos paganos, fué perseguido. Las grandes persecuciones empezayon con Nerón (54-68), se rt crudecieron bajo Dorniciano (81-96) · y continuaron en tiempo de Trajano (98-117), Adriano (117-138), Antonio Pío ,_ 138-161), :\breo Aurelio (161-180), Septimio Severo (193-211), \Iaximino (235-238), Dccio (249-251), Valeriano (253-260), Aure– iiano (270-275) y Dind,·ciano (284-305). En esta época. que podríamos calificar de heroica, son misio- 1wrns todos los cristianos, desde los Pontífices y Obispos hasta !1 esclavos cristianos. Además de los misionero dtJ contacto por b predicación, y de ciencia por los escritos y la enseñanza, exis– tían los misioneros mártires, que con su sangre y su munte in– fluían mús ¡ 1oderosamente que con las palabras ( 11 ), ya que, al decir ele Tertuliano, la sangre de mártires es semilla de cristia– nos í 12). Y fruto cf,. aquella sangre y de aquel prnselitis11io, oral _, l'Snito, fut: la rúpida prnpagacit'.in del nistianismo, que ya lo 1len;1ba tnclo: las ciudades, las aldeas, el ejército, el foro, el Sl'nado y las clases todas de la sociedad, según expresión del misrnn Tertuliano (13). 486. Misiones en el Imperio Romano.-(Siglos r-m). El Im– ¡wrio R()mano puede considerarse en los tres primeros siglos de la Iglesia rnmo un inmenso campo de misión, que fué conquis– tado poco a poco por el ejército misionero. El Evangelio fué el (11) ( 'fr. J . . \ct::nnr,cr.;c1 La rl<ia rnisioruz! n: ru rra priinitiva de tos mártires, Conferc>ncia II, ¡,. 50. (12l 1pologetif'um, fiO, P. L., l, fíO:l. (13) A.pologeti<-um, a7, P. L., I, fi25
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