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:330 DE LAS DIFICULTADES PSlCOLOGIC.\S Si la acción entre !ns adultos se considera totalmente infruc– tuosa, será preriso concretarse a los jóvenes y niños, separándo– les, formando colonias, alejándoks en lo posible de la comunicaci('m con los mavon·s, con 1n cual se obtendrú la eleva– ción de las generacimws ~11cesivas. 456. 6. Las supersticiones y la magia.-Imposible hablar dt' las sup,·rsticiones ,. de todas clases que se dan en los pueblus infieks; se ntTf'SÍU1rhn varios volúmenes. Son una prue– ba ele los sentimientos rel del hombre, de la crn.:ncia en un Ser supremo, de' b inmortalidad del alma, de la ini1u,·ncia oculta de loc. espíritus, de ];, nec• si dad de la plegaria, de la expiación y de otras verdades rel Son tambi,;n indicios de la exis- tenci& de una Rc~1claci1ín itiva y prueba convincente dP la debilidad de la humana ra:,:(Íl'. La degeneración d1: las ideas reli– giosas ha llegado hasta quPH'f legitimar los delitus y justificar la perversidad moral. /\sí, pnr ejemplo, t:n Ceilún se inmolan al demonio jovencitos de amb,Js sexos; el rey J\Itsa, en Uganda, arrojó una vez a los cocodrilos del Yictoria 500 hombres para aplacar a las divinidades del lago; principios de este sig·lo existía todavía en algunas isbs de Oceanía la costumbn· llamada caza de cabezas; en Borneo se crPe aún qut' ningún difunto puede entrar en el reino de ultratumba, si no v:1 acompañado de hombres con la cabeza cortada (13) . .\ lo dicho se añadr también la multitud de m;i_gos y hechiceros que tienen la astucia de engañar al pueblo; las adiYirniriones, el uso dr amuletos y talismanes; las creencias relativas al sol, la luna, los astrns. las tormentas, los vientos: a los demonios, ante– pasados, parientt•s, etc. Todo eso, que varía seg{m las regiones. razas y culturas, es un obstárnlo formidahl0 parn la propag-ación del cristianismo. Las prácticas supersticiosas y mágicas obscurecen la mente con mul– titud de errores. endurPcen el corazón, pervierten los sentidos con usos abominables. La tradición v el atavismo milenmio forman como sPgund:i n:iturakza que cristaliza Pn rebeldía, pndurrcimien– to, s~:nsualismn y embrutecimiento. La prudencia y solicitud del sabio misionero sahdt substituir las pdtctiras idolfttricas, por el verdackro culto; los fetiches, por las imfir:;rnec;;: lns amu1Ptos v talismanes, por los escapularios y (13) Cfr. G. C'AH~!JNATI, o. c., p. 135; R. ALLIEH, o. C'., cap. IX y X; DUFONTENY, o. c., mai-Juin, 1027, p. 280.
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