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TERCicfL\ PARTE.· SEC. III. · CAP. III rt·ligiosas de los ::-;antos ). ".\Iisterio,, qut' simpatícf'n y se acomoden m{1s o l:1s inclinaciones nacionaJ,,s. En la historia hablaremos de b fomos:t cuestión de los ritos chinos v mabb~lrt'S. Si bien fué un runto muy discutido, sin ,·mbargo, demuestra la necesidad que alg·unos 0 :entbn dt· adaptarse a las costumbres de aquellas regio– rws. Lo qrn· indicamos an,rca de estos puntos de adaptación, se puede aplicar a otros aspectos de la vida misional. El misionero no <lehe tene•· por lema: rechazar, destruir y ridiculizar; sino edificar, nwjnrnr, perfeccionar, elevar en todos los sentidos y en– derezar lo que ,'sté torcido. Ejemplos admir:ibles de esta adapta– ción tt•ncmoc: en los grandes mic;ioneros: San Francisco Javier, Juan <lf.' :i,Ionterorvino., P. l\1. Rirci. Schaff, Verbiest, Nobili, I\fossaia y r1tros. El misionero de hoy tiene ya el camino trillado por b exneri(:ncia de los antt>pri<oados y por las sapientísimas nor– mas em:rnadas de b Sant;--¡ Sede v los Conrilins Plenarios celebra– dos en I\Iisi<,nc•s. No tiene más r¡uc someterse con humilde ren– dimit:nto a la obcdienria. Adernús, las costumbres de los infieles ,·n b actualidad, su etnoloda v mentali(bd, nns son mfts conoci– das; favoreciendo nn por" la id('a y el deseo que sienten la mayo– ría de los pueblos de c11rop,,i:::arsc v am,·ricani:::arsc, como ellos rlici•n, para que nuestras rosas les SPrrn menos dificultosas P in– ;weptables. CAPITULO III DE L\S DIFICULT·\DES DE ORDEN PSICOLOGICO, MOR\.L Y SOCIAL 449. Las ideas v los seni ímicntos se comunican de unos a otros como corrit•ntes de energía YÍtal. Su propagación puede ser vertical en el tiempo ,, horizon1al en t·l Pspacio. Las ideas y SPnti– mientos cristianos, con la cultura que virtualmente encierran, se han prupagado <le los dos modos. Su marcha triunfal a través de las genPradones no siempn~ se ha verificado con facilidad y rapidez; las más de las veces ha tropC'zado con obstáculos de todas clases; externos t'. internos, individuaks, familiares, socinles, po– líticos y religiosos. El misionno que intenta establect'.r el cristianismo en países de infieles debe consiclnar que son hombres específicamente igua– les, pero de una mentalidad y cultura muy distinta. Encontrará dificultades y resistt•ncias muy variadas : 11nas de íhdole general a

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