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TERCERA P,\HTE. SEC. !Il. C.\P. II 323 y desprecia las pagodas, los caminos, las casas, los vestidos, las personas, el color, las costumbres, etc. El hombre ,·s lo mismo en todas partes, y todos aman a sus cosas y a su patria..La pri– mera ley es respetar lo ajeno. Verdad es que existen costumbres entre los paganos que no pueden tolerarse en modo alguno, por ser contrarias a la moral o al dogma; pero en lo q1w es indife– rente y sin ofensa de Dios., se puede pNmitir o tolerar; ningún misionero, por el hecho de hallarse en un país menos culto y civi– lizado, tiene derecho a reformarlo todo y acomodarlo a los usos y costumbres de su patria. Concretamos aquí algunos aspectos de la adaptaci(Jll, dejando otros a la experiencia y ciencia de los mis– mos misioneros (5). 442. 1. Adaptación externa. -- La adaptación, aunque t:n teoría es fácil de aceptar, en la práctica ofrece considerables difi– cultades. La más fácil de todas es, sin duda alguna, la externa. Consiste en acomodarse en el vestir, en el comer, en la vida fami– liar, en las etiqw:tas, cortesías y dt>más fórmulas sciCiales, a ios naturales del país. Igualmentl!, en la construcción de las casas, de las capillas, iglt•sias ... es necesario tener en cw:nta ,.¡ ,·stilo, arte, gustos y tradiciones del lugar. 443. 2. Adaptación interna.--".\Iás dificultoso es adaptarse internamente en cuanto h ideologín sma del país, a su índole, psicología y modo de ser particular. Para penetrar en d alma dd pueblo, es necesario conocer cómo piensa, siente y ama; cómo y por qué se mueve a obrar; por qué huyen o se acercan al misio– nero; qué confianza o temores les inspira, etc. El misionero es necPsario que se adapte a tnda t·sa psicolo,~·ía experimental y de observación cotidiana para q11e, acomodándose a ellos, les enseñe la fe, les predique con acierto, les conYierta sin recelo, y ejerza su ministerio con frutos saludables y permanentes. -1,.14. Adaptación pedagógira.-N o menos fü cesana es la adaptación en la fonnaci,',n in:,,1,·ctual. Unos pueblos son intpli– gentcs y dt· viva i; Ptros, m{is tardos, lentos y flemá– ticos; aquéllos están desarrollados y civilizados; éstos viYen en la abyección y en un n·traso muy lamt·ntable de cultura; quiénes son laboriosos y ávidos de saber; quiénes est{rn dominados por la in- (5) Cfr. P. S, .L, A:utour du prnñli':nu l'arinJ)tation. Louvain, 192H, P. z. ARAM1n·nu, S. J., rcrdadcra adaptación ct11olóqica, en «Sir1lo de las Misio· nes», n. extraord. dic., l!J29, 12
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