BCCCAP00000000000000000000631

TEW'fülA PARTK ;:,EL. 11. C'i.I' III. ·· ART. I. § 1 295 que dirigía a lus misinnnns ,·n 1669, decía: Apostolici rnuneris ,hraccipuum caput cs,·c 1 hrn¡•dicatinn<'m, 1•01¡11c potissim111n mnnem animi cogitationcm ac studium re/erre missionarium, nemo cst qui non intclligat (Ü). Por razón de hn·vedad no aducimos otros testimonios (7). 387. I<'ormas de predkadún.--Las verdades religiosas se pueden predicar de varias maneras, seg\Ín los fintes del predicador, la cualidad <le las personas, las circunstancias de tiempo y lugar: a) Por la i11strncci1Jn privada de la doctrina cristiana, sea en las casas de misión, sea a domicilio. Saltan a la vista las dificultades v el campo restringido que este método ofrece. Ser.:í viahle alguna r¡ue otra vez y en casos t'XCPpr-ionalts, romn sucede en algunas regiones dP lwrejes. b) Por medio de 1n catequesis de niños y adul– tos, para cat,,c1ímenos y nt'ófitos, donde se les prepara e instruye para rl'cibir el hm1tismo y afi:inzarse en la fr (8). e) Por medio del coloquio familiar, de la plática sencilla, de la homilía evangélica, de sermones dogmdticos y moralt?S, acomodados a la rapacidad de los oyentes, buscando, mús r¡ne la retórira y el buen decir, la edi– ficación y el fruto dP los oyentes. Los puntos doctrinales deben, por lo regular, tPilt'r la preferencia, procurando dar a conocer a Cristo y su doctrina (9). Con cautela y prudencia se puedt> usar el diálogo, las disputas, los discursos y las conferencias apo– logéticas, por hombres competrntes, de solvencia científica, que puedan ¡,xponer con dignidad las cuestiones y resolver, en caso recesa rio, bs obj f'.ciones rlP los adversarios ( 10). 388. Auditorio.---Cuando el auditorio es de fieles solamente Ya afianzados en la fr, Sl' podrá permitir una santa confianza fami– liar y fraterna; cuando <,s mixtn, compuesto de fieles e infieles, es rlf'cesann 11snr mavor exactitud y prudencia en la exposición, para (f;) Mo11ita ad missionarios, rap. IY, art. I, p. 48, Homae, 1886. Cfr. ScE~I!llLl:'4, Kath. Jlissim1sl,·llre, p, 344-:lfí!l; FABREGlTES, A<lj11mcntum. n. 102; D. ~CHII,LJ~G1 O. F. \L, Dr rnomento prardicationis apud fnfidelrs, (Tokyo), 1G?5, fase. 17~ ffiPUSP julii. (8) Tratarernos rn~ls atiPlantP dP la eaü?r1uesis. (9) «Illa prima ac praPci¡ma cura essP rld1"t ministri E,·angclii ut gentilibus Chri<-;tun1 a1111nntiiA, ('Un1 slt null11n1 ali1H1 w,111'.'!1 ;...:nh caPln daturn hnrninibus ad saluü)tn <·onst quPndatn. Nr>que vpro potest <!11isquarn aliud fundan1enturn ponere, nPque est ali1Hi ostiurn neque via alia ad vltnrn ac~ prnam. liaec ergo prin1a et 1na xima Evangelici catPehistw~ pnH eP11tio ~;iti ut !'-:t•ophytus Christum teneat et n1emnrir4 ac intPli;_,.;·pnti.i n1entcqt1P (!Uanturn l'al)ax u-;t, eapiatlL . ; AcosTA, ne Pro– curando Indorum salute, l. 5, 439. (10) Cfr. Sinoclo de Nagasaki, 1890, Acta et Decreta, 108

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz