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TERCERA PARTE.· SEC. L · CAP. II 205 quistado el mundo, y yo toda da no lo he lwcho !", y sP lanza a la \·ictoria. «¿ Cómo no podré yo lo qu(: (·stos y aquéllos pudieron hacer?», dice San Agustín, y se convinle. ¿ Dórnli· s1; dPscribl'n con colores mús vivo~ y pun– zantes la nPcesidad d1, las almas qui• en lus .lnales? ¿ Cu.íntos, después dP habptfos lddo, han oú!o <'n el fundo ik su rnnciencia el grito de los '.\IacP– ilonios a San Pablo: ]'asa los 111an•.1 y ·,•en ,r sncorrernus? La lectura de las misiorn·s prrnluce en las almas llamadas al apostolado el efecto múgico, tlll'jor dicho, divino, dP aquellas palabras que arrastran a Juana d(: Arco hacia su pruddencial rnisit'm" (17). Las le1·turac; mi,i,mal('s subyugan nup,trn pspíritu con episodios ron– mon·dnn;s, con i•,cpna, dramúticas, idilios encanladun•s, 110\·(•dml d<· cua– dros, lirisnw de sl'ntimi(•ntos. ¿, \Jui,'·n no se llena de n1tusiasmo santo al n·,·ordar los YiajL•s di· San Francisrn de ,\sís a Egipto y Palestina, lus epi– sudios d1, la \ ida de San .\ntunio di· l'adua, de los prinwrus mártires de la ( lrdt•n franciscana l'n .\1 arn1<·,·o,, la, hazaüas de Juan de i\lunte ( '.orvino •·11 ( 1 si;.;lo ::-..lll a tra\ <'·s di·l OriPnt t', I;¡-, <·urrerías y trabajos dP San Fran– cist o J a\"iPr i·n la India ) Pll d J apt'm, las m 1•nluras dt• nuP,trus n'•lf'bn,s misiu1H:n,, ('11 d Afri1·a y ('11 las India, Occidcntal(•s... '! No hay duda qut• tocias 1:s!as l1T!uras son como S!'millas que caen en los corazones cristianos y algún día brotarú ('I interés, el entusiasmo por las misiont•s y quizú los dl'scos de S('r misionero. Hagamos, ptws, que 1·1 libro, el foll!'to, la wvista, la hnp de mi– siones pendn·n t·n l<1s hogan·s, t'n las l'SC'U<'las, 1·n los cnlPgios, en los n,ntros d<' t'ducal'i<'.111, <'11 las casas religiosas, y, a su dPhido tiempo, se n·cogtT{rn frn!os alrnndantísimos para la causa mi– sional. 281. 4.º Brnucn EC\S :msro'.\".\LFs.--- Para qut' los j<'1n'nt's edu– candos tengan facilidad de lt•t:r asuntos misionales, t·n todo lugar u ct·ntrn docent1· dt·lw formarsl' una hilJliotl'ca selecta, ordenada y variada de puhlicacíon1·s misionales, nacionalt•s y extranjeras; dt> todo aquello qu<', din·cta o indin·ctanwntc, se rt'lacione con los problemas misional1·s, bien St>an asuntos cit>ntílicos, bit•n históri– cos, de organizaci(Jll, prop:1ganda, ilustracit'in, relacimws, viajes, t>!C('tera. Tamhit"n s1• dl'hen rl'rihir las principales rc,•islas que dan a conocf'r 1·1 movimil'nto mision:il, los trabajos y sacrificios de los misiont'ros, las corn-t•rc;ion1•s, los frutos dt'l apostolado, las Pxcursioncs, viajt•s, descuhrimí1•nt<1s, usos, costumhrt'S, idiomas, ciYilizaci<'m, progreso, etc. Todo eso ddw l'Star a disposición de los alumnos, siemprP, claro t'S, bajo la ins¡wcci6n y prudente direc– ción de los stqwriores y rectores. l l na biblioteca misional bien (17) Cfr. C. StI.\'ES1'HI :\L p,~tP!.0.'H, Itc ., ll ::.1 I
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