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TERCERA P.\HTK SEC L · CAP. II Javier, San YicentP de Paül, el H. Claret y de otros muchísimos santos y fundadores de Institutos 1Tligios!is (12). ¿, Y quién no cnnoc(' t 1 celo por las almas que ardía en Pi corazón de Santa Te– n·sita, dl'Cl,irada por el Pontíf1c(' Pío XI Patrona unin'rsal dP las l\Iisimws '! Ella manifiesta e·n el examen canónico que prece<lir'i a su prnfe•si{m religiosa, que fué al Carnwlo para s,11\'ar almas y rogar por los sacC'nllllc'S. tcYo c¡uisi<'ra - -<!ice C'lla misma SPr mi– sionzcra, no solnnwnte durante algunos afios, sino halwrlo sido dt·sck la creaci<'in ckl rnnndn y continuar siéndolo hasta la consu– mación (k los siglosn (13). La oración t'S la grnn p,ilanc;1 qu<' ha de ¡mncr en moYimit'nto al mundo mnr;il y rC'ligioso; Je·sucristo podía h,werlo por sí mis– mo; no t<'nÍa nt•cC'sidad de• nosotros, porque él impera a la mtwr– t<· ~- los homhr!'s r<'sucitan; nwnda a los ckmonios, y 1t- olwckcen; impnnt· sill'ncin ,1 las c·mhraY<·cidas nlas dl'l 111;1r, v St• calman; clice a los p:irrilítinis qt1e anden, :· sus tniPmhrns ~e· vig-orizan; nada SP rcsistr ,1 su ,·n;:, todo k nlwdece; :·, sin Pmhargn, Jf'sÜs quier<' que rngt1<'mos parn qui· el Se•11or cnvÍ<' mfts n¡wrarins al c;impo dt' l,1 mi<'S. El Divino 1\Taestro quierP que nrPmos por las misiones v rnisiorwrns, por las voc,u:iones y las ohr,1s misionales. Eco de estas C'I1St·11:rnz:1s, Pl Pontífice Pío XI nos dice en la Encíclic:i Rnum Rcclesial': «Y Pll prim<'r lugar, procurad dr pa– hhra ,. pnr C'snito introchwir entn· vuP-;tros hijos y hacn que crez– ca c1i11stantPnwntP la santa rostumhr<' de· rogar al SPñnr dr las rniC'ses qui' envÍ<' ohrerus a su rampo v p<'dir para los fieles los au:-;-ilios dP la luz y gracias celrstialc•s. Rrparnd que lwmos dicho la costumbre v uso constante y duradero ele orar; porquP, como todos VC'mos, ésta ha dr lograr P influir rwcc,sariamPntP con la rnisC'ricordi:1 divina mtwl10 más qu<' las plPgarias aisladas o encar– gadas si'1l11 de cuan<lo c>n cnandon (14). El Papa sig-ue <'Tl la misma Encíclica rc'comc'ndandn c¡uP se hagan tamhit'n oraC'ion<'s pt'tblicas y cnlPctiYas Pn las catedrales, ig-1(-:,ias, rnlegios, casas religiosas, ren1rns dP Pducación, etc. Sería bueno que en todas las asociaciones piadosas, cuando se rei'men para cPkhrar sus funcionps religiosas, sp les inculcase la nccc~si- (12) Cfr. F M,,;,;,, l. c. (13) L\ BrE'\"ITf.t'JU,,L--.1,: T11fnF,(.;1,~ flE L-E~F.\:'\T .Jfstis, Ilistoirc d'1.lnc ñn1r, chap. XI, p. 214, llar h•-Du,·, 192:l. (14) Ar•/. Ap. Sed., rn~n. t. XVIII, p. m1. ,. J C1ornrnr, ¡;;¡ problema misirmera (14. Cnntcmp!ar'ión 11 .llissioncs), ¡,. fi8-fl2. l\Taclri<l, 1947; RMIÓN GAVIÑA, S. J., IJcuo– cionario misirmal o .llanual ascNico práctico de Jlisioncs, Bilbao, 1942.

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