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174 ORG. MIS. DI•: LA IGLESIA ROMANA trecha en manos del Papa (1). El célebre Raimundo Lulio (1235-1315), protomártir de la Orden Tercera de San Francisco, deseó ardientemente establecer una cruzada para iluminar a los infieles y herejes, y concibió la idea de un centro propulsor y organizador de la actividad misionera (2). En 1287 fué a la ca– pital del urbe cat('ilico para presentar sus planes al Papa Hono– rio IV, a quien interesó en favor de sus proyectos, cuya reali– zación no se verilic<'.i por entonces. San Pío V, a instancias de San Francisco <le 13orja y del Delegado del Rey de Portugal, don Alvaro de Castro, nombró dos comisiones de Cardenales : una para la reducción de los lwrcjPs y otra para la conversión de los infieles. Las dos tuvieron breve duración. Gregorio XIII (1572-1585) designó una comisión de tres Car– denales, Carafa, l\ledici r Santorio, los cuales tenían periódicas reuniones en presencia del Pontífice para tratar asuntos pertene– cientes a la propagación de la fe. En aquel tiempo se determinó la fundación de varios Seminarios o Colegios, se imprimieron muchos volúmenes en varias lenguas con finalidad misional y se fundó la Congregación ele rebus grcwcorum (3). Algunos dicen que esta comisión desapareció pronto; otros, que continuaron las conferencias cardenalicias bajo los pontifi– cados de Sixto V (1585-1590), de Urbano VII (1590), de Grego– rio XI\' (1591) y dl' Inocencio IX (1591). Clenwnk ,·1 I I (1592-1605) organizc.'J de nuevo una Congre– gación misionna super ncgotiis fidci el rcligionis catholicae, ¡wrn que tuvo también pn·caria t•xistencia. Cuatro proyectos se inten– taban realizar: 1) instituir una Congregación general cardena– licia p:tra la prupaga('iún <l<· la fr; 2) procurar medios l'CO!í('imicns para las misiones; 3) difundir libros e impresos de misiont's; 4) t·s!ahl<'Cl'r un Colegio d,, misiorwros. Grnn inllut•ncin, sin duela, ejercieron en estos proyectos misioneros dt' la Santa Svde los celosos carmelitas l'Spa11ules Fr. Jt•n'rnimo Gracián dt· la l\1adn· dt· Dios y Fr. Pedro de la l\Tadre de Dios. Paulo V (1605-1621) confirmó a Fr. Pedro t·n su cargo de Superintencknte de todas las misiones, y a su mu<·rü~ k sucedió otro carmelita también (1) Cfr. J. TlrNDI"CCFH, O. M. I., La Sacra ro11qregazione de Pro¡,ar¡anda Pitlt', Ptl Ouida tlelle Miss. Catt., p. :i0-:12; (,Jl'SEPi'E STANGHETTI, Prassi tlella 8. c. rlc Pro– paganda Vide, Hum:i, J!l-1:l; H. Am,Ns, S.•T., flandlJ!lch dcr Kath. :llissimwn, Jl. 2.17, FrPihurg, in Br., 1!125; K OTAD!'Y, S. J., 1tlrna Matcr, La Sauratla Cm111rcgaci(m <le Propayanda Pide, Burgos, 1928. (2) G. V., Il B. Ilaimonrlo l,ullo e i prlrnl illcali <li Propapanda. Ptl Estullis Prancisrnns, rn2:J, t. XXX, p. 300<l02. (:l) Cfr. Ü!NllNGER, l. C.

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