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ORG. .MIS. DE LA IGLESIA RO2\IANA trecha en manos del Papa (1). El célebre Raimundo Lulio (1235-1315), protomártir de la Orden Tercera de San Francisco, deseó ardientemente establecer una cruzada para iluminar a los infieles y herejes, y concibió la idea de un centro propulsor y organizador de la actividad misionera (2). En 1287 fué a la ca– pital del orbe católico para presentar sus planes al Papa Hono– rio IV, a quien interesó en favor de sus proyectos, cuya reali– zación no se veriJic<'J por entonces. San Pío Y, a instancias de San Francisco de Borja y del Delegado del Rey de Portugal, don Alvaro de Castro, nombró dos comisiones de Cardenales : una para la reducción de los herejes y otra para la conversión de los infü·les. Las dos tuvieron breve duración. Gregorio XIII (1572-1585) designó una comisión de tres Car– denales, Carafa, l\Iedici y Santorio, los cuales tenían periódicas reuniones en presencia del Pontífice para tratar asuntos pertene– cientes a la propagación de la fe. En aquel tiempo se determinó la fundación de varios Seminarios o Colegios, se imprimieron muchos volúmenes en varias lenguas con finalidad misional y se fundó la Cnngregaci<'ln de re/nis graccorum (3). Algunos dicen que esta comisión desapareció prunto; otros, que continuaron las conferencias cardenalicias bajo los pontifi– cados de Sixto V (1585-1590), de Urbano VII (1590), de Grego– rio XIV (1591) y dt• Inocrncio IX (1591). Clt•11w11k YI II (1592-1605) organizó de nuevo una Congrt'– gación misionna super ncgoliis fidei et rcligionis catholicae, ¡wrn que tuyo tambil:ll prt·caria cxistt>ncia. Cuatro proyectos se inten– taban realizar: 1) instituir una Congregación general rnrdt'na– licia p:tra la propagación dt· la fr; 2) procurar medi(ls tTonúmicos para las misiones; 3) difundir libros e impresos de misiones; 4) t•st;1hlt·cer un Colt·g·io d,'. misio11t•ros. Crnn i111lut·nci,1, sin duda, ejercieron en estos proyectos misioneros de la Santa St·de los celosos carnwlitas cspai1olcs Fr. Jen'rnimo Gracián de la l\ladn· dt· Dios y Fr. Pedro de la Madre de Dios. Paulo V (1605-1621) confirmó· a Fr. Pedro en su cargo de Superintendente de todas las misiones, y a su mrn·rte le sucedió otro carmelita también (1) Cfr. J. T>tNnr,;GFR, O. M. I., J,a Sac,·a ('onr¡rcgazione (fe l'ro¡,ar¡anda Ffrlc, Pll (Iuida del/e Miss. Cal!., p. :rn-:,2; (;IUSEI'i'E STA!'iGHETTI, Prassi <lcl/a s. c. tic Pro– P<I[Jllnlia Vicie, Hom:i, lH-l:l; B. Am,;,,;s, S. J., Han,/l,uch dcr K<1th. :1Iissionn,, p. 2 17, b'rPiln,rg, in Br., 1!)25; IB. ÜTADPY, S. J., ,1lma J[atcr, La Sagrada Con¡¡i·cgaci6n <le l'ro¡,auarula Fitle, Burgos, 1928. (2) G. V., Jl B. Uaimonrlo Lullo e prim/ irleali <li l'ropaqanlla, Pn Estullis Franc-lsmns, 192:l, t. XXX, ¡,. 300<l02. (:l) Cfr. DI!'illNGER, l. c.

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