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160 Fl".\ll \J\IENTOS Al'OLOGETICOS fe, la participación de todos los fieles de los mismos derechos y deberes, la dependencia de una suprema autoridad, el Romano Pontífice, Vicariu de Jesucristo y sucesor de San Pedro en el gobierno de la Iglesia. Para el catolicismo no hay aceptaci6n de personas delante de Dios (8), qu,, es indistintamente misericor- dioso para tndus los qm· le innJcan . Yz: 11u hay ni judío, ni griego, ni húrbaro, ni escita : no más que un solo bautismo : todos son llamados a la gramk unidad del Cuerpo l\Iistico de Jesucristo 10). En la balwl dí' ,,sta pobre humanidad, donde reinan tanta confusión de idt•as, tanta diversidad de cn·enci:h, tanta cri– sis d;; autoridad y antagonismns dt~ clast'S, la unidad di'l catuli– cismo t'S un espt'l;túculo nwravilluso que no puede menos dv llamar la atención d('. los que sinceranwntt· buscan la verdad. Las misiones católicas nus dc1m1t'Stran que la s¡a es I ú 1- gena en todos los puehlos tan din•rsus por la raza, la nwntalidad, la religión y la cultura. Lus misioncrus saben adaptarse a la:,, costumbres civilizaciones de lo,.; pueblos que evangelizan, pt'rn sin renunciar nunca a los principios dogmático:;; y rnornll's, ddu1-– diendn el Yenladnu culto y dependiendo siempn, de las legítimas auturidad(·s. Si consideramos, en cambiu, las religimws nu católicas, y en especial las sectas prott'Stantes, veremos que se han dividido ex– tr,,ordinariamente, propugnando dogmas muy distintos y depen– dienao ele din~rsas jerarquías. Para rt'.alizar su propaganda s,· han visto en la necesidad de nacionalizar el cristianismo, cit- adaptarlo al amhiente y a las razas, de invertir ingentr:s sumas d,· din!'rn ( 11 ). 207. b) LA sA:-;Tm.\n.--En las paganas y en las acatólicas raramente se encuentra la santidad en la doctrina, en la legislación y en las costumbres. En algunas se pumiten , icius conformt'S con las pasiones inferiores del hombn'. As1 qw', ha– blando naturalmente, es más fácil hacer prosélitos. En cambio la Iglesia católica busca, ante todo, la moral cris– tiana, el cumplimiento del Decálogo, el mejoramiento d,, costum– bres y la santidad de la vida. Rechaza toda clase de vicios, pro– cl:tma la fratprnidad universal a base de la justicia y de la carí- (8) Colas., III, 25. (9) Rom., X, 12. (10) EphPs., IV, 5. (11) Como en otra parte ,!(, btP libro tratamos ,fo la diversidad de rd!gior!PP y multiplicidafl de sectas, no nos detenemos más en este lugar.

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