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154 GIUITEDAD DEL m,nER 'l!ISIO:JAL A esta objeción podPmos n•·.,p,Jndr·r con laé, palabra, <lPI E\·:m.tfelio lfoec oportuit fa,ne, <'t illct n,m umiltcrr í23'L La caridad gPiwrosa y orde. nada sabr/1 satisfacpr a f'Stos debpres, tl•niendo siPmp:·e en ruPnta que es mejor preparar· tnnplos vivos del Espíritu .'iantu que no fastuosos tPmplo, maté·riales; que es rrnís nen•',ario vestir " las almas de la n·stidura nuprial de la gracia que no r.eve,tir los tPmp!os, los altares y los ornanwntus de oro; que es preferiblP socmTer las nec<'sida(!f•s Pxtrernas dPI alm:1 antes que las del cuerpo, en cuanto aqu?lla es mús pre,,insa quP éste; quP se rlehPn antP– poner los valorPs eternos a los temporalPs. ARTÍCUI o IV GRAVEDAD DEL DEBEU :\IISio:\AL Y :\IODO DE ClJMPLillLO 196. Gravedad del deber mh'lional.--No cabe la menor duda que existe el deher misioual; pero cnand() se intenta hacer aplica– ciones pdcticas y concretas surgen no pocas dificultades para re– solver esta espinosa cuesti1ín, pnco estudiada todavía por los mo– ralistas. No se trata aquí de la obligación sulijcti"<'a, que depende de la conciencia que el sujeto se forma: sinn de la objetiva, seglÍn la realidad de la ley en sí considerada. Se afirma, generalmente, que la obligación ohj,,fr,·amente ,·s gra,•c ex gcncr¡; suo. Puede ser que l,1 inohservnncia dP esta ¡.:;ravc obligación sea PXcusable entre los simples fieles; porqm· no hnn sido debida– mente instrnídos y no se les ha formado con tiempo la conciencia del dPher misional; pero la j,,rarquía y los sarerdotes no pueden justamente alegar una ignnranci;1 inc11lpahl,·mt·nte invencible. Determinar en concreto p] modo y 1a cantidad de la coopera– ción, la respons;1hilidad gm, 1 c n l,",'C de cada individuo, es muy difícil; porquP dcp• nde ,1,, fas prrsonas, condiciones y circuns– tancia~ que es necesario pnndernr en rada caso particular. Quif:'– nes, cu/indo y cómo faltan .. r.;·rm·e n l1Vi•cme11te a los ddwres misio– nales son Clli·Stiones cuya explicaci/m nos ocuparía mucho es– pacio (1). (23) Luc., XI, 42. (1) J{p aquí ln l!UP opina el autoriztHlo P. n \.-:O~rFs sohrP Pl asuntn: crSinguH fideles, clicP, non tantum prH"ihllS ~uis pro E'Xtt>ns.ionrl rt1,gni Dc-i rni.;-:siorühus sub– Yenire dehent vrout c1ocnrnir in 0:1::,rtiflnt• Dorninfea; ~,/t'!'U!11 ctiarn or:inino dict•n~ <lum YidPtnr hrnliPd11iu qn:('1Htl!t~H- ;:,:u1HTtl11:1 !~a':w;it t'"': E~~ pI'o Yirihus etinrn rnis~ionihus suhYPtiire f1PhPre. l)p1Jcientihus e:1in1 ~diis suh.--·.idiis snffieir>ntibus, qua.e antiqnitus forsitan r.n1fficieniPr haheh;-1nt-ur· ex patrirrlfJTlio I<ec·lt•:--:ia(' et dotatin.n,:, gubPrnorun1 chrh,tianorurn nulla adest ratiu cur 1H111 sin~;ull pro viribus teneantur,

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