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148 conquistar el murnlo para Cristo sin los nw<liu:i espirituales, inte,, lPctuales y materiales del pueblo cristiano. Como dijo San Pt'dro : u( 'omunique cada cual al prójimo la gracia, segün qfü' la recibe, rnmo hut·nos dispensadores de lus dones de Dios, los cuales son dP mtwlins mancr:isn (_8). La tal ta al precepto de la caridad con el prójimo se cmun i na con el castigo de la pri\·ación J,- la caridad para con Dios; porque dice Szrn Juan: <,Qui<-11 tien(' bienes de este mundo, y viendo a su lwrmano n1 nt•t'l''-Íclad, cierra las t'.ntrai'ías para no compacfr.. cerse de <'1, ;., es·,mu t"i JH1sihlr· que p<'rmanezca en la caridad dt· Dios h, (9). _\unqw· ,·l Apóstol habla dr- la necesidad temporal, con mayor ra,:(,n pod('mos aplicar el texto a la necesidad espiri– tual, tantu mús grave cuanto d<' mayores constTm·ncias. Al cum– plimiento de la caridad espiritual estimula el S,-11or cnn la conso– ladora promesa de la propia sah,ación, cuandn dice por el Após– tol Santiago: d-frrmanos míos, si alguno <fo s:osotros si: desvian· de la verdad, y otro le redujtre a ella: <ldw saber qui· quien hace qlll: se convierta el pecador de su extravío salvará dt: la muertP el alma, y cubrirá la muclwdumhre de los pt·cados)\ (10). Ejemplos admirahl!"S ele t·sta cz1ridad tenemos en los prin1t·ros cristianos que andaban por las ciudad1•s y pw,blos instruyendo y convirtiendo gran nümero dl' paganos, y nyudaban a las naci,·ntes y neccsita– rfris com1midadPs con h'i íimnsnas, corno se lPe en los Actos de los Apóstoles (11) y eil las Epístolas de San Pablo (12). 188. :J.ª Fuente: La naturaleza de la Iglesia.--La Iglesia es una sociedad vi'iibk, sobrenatural y perfecta, establecida por Je– sucristu N uestrn Sefior a fin de que en ella todos los hombres redimidos cnn su sangre encm'nirt·n los In(•dios ordinarios de san– tificación y de sah·m'.ión ett·rna ; por tanto, esencialmente, exige sP extienda a todos sin Pxcq1ción. Es así qtw este fin no podrá cunseguirse sin la cooperación <le los fieles: luego están obliga– dos a cooperar l'n t>l modo q11e les s,·a posihlt•. En efecto: la jerar– quía. '10s sacenlolt·s y misioneros que, en 1111a manera u nira están destinados al apostolado, no puedPn pnr sí solos disponer de todos los medios y subsidios neces:trins para extender la Iglesia y evan– gelizar el mundo. Para que no se frustre. <'l fin estalilecido por el (8) I Petr., IV, 10. (9) I ,Toann., III, 17. (10) Jar., V, 19-20. (11) Act., IV, 32 (12) I Cor, XVI, 1-4; Phil., IV.

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