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122 NECESIDAD DEL HA tTTISMO cramentum regenerationis). Puede ser de sangre (sanguinis), su- • friendo el martirio por Jesucristo, bañtmdose en la propia sangre. Puede ser de deseo (flaminis), cuando se dest'a ardientemente re– cibir el bautismo del agua con la plena conversi6n a Dios, me– diante la contrición y caridad perfecta. Basta el deseo implícito de hacer todas las cosas que Dios manda. Contra los pelagianos, luteranos, calvinistas, anabaptistas, modernistas y otros, que negaron la necesidad del bautismo, afir– mamos : El bautismo de agua es necesario a todos con necesidad de medio; pero puede snplirse con el bautismo de deseo en los adult_os y con el de sangre en los adidtos y niños. Lo dijo el mismo Jesucristo: Nisi quis rcnaíus fucrit ex aqua et Spiritn Sancto, non po'test introirc in regnum Dei (1). Q11i crediclcrit et baptizatiis fue– rit,- sal'IJUS rit (2). San Ciriln de T erusalén declara qLH' no se puede obtener la salud sin él. «Si qui~ haptisrna non recioiat, saluterri non habet, solis martyribus exceptis, qui etiam sine aqua regnum recipiuntn (3). Lo mismo confirma San Ambrosio del catt,cúmenq que ya cree: ((Nisi haptizatus fuerit .. remissionem non potest accipere peccatorum, nec spiritualis gratiae munus haurire)) (4). El Concilio Tridentino definió : ((Si <7uis dixerit baptismum libe-. rum esse, hoc est, non necessarium ad salutem, anatlwma sitn (5). En esto está conforme toda la tr,1dición v b doctrina de los teó– logos. Si todos están obligados a recibir el bautismo con necesidad de medio, con mayor- motivo con necesidad de precepto; se de– duce además de Srm Mateo (28, 19) v dt> toda la historia evangé– lica y eclesiástica. Según la tradición, es ciPrto que el bautismo de deseo suple al bautismo dP agua Pn los adultos. Los pecados personales se perdonan por el acto de caridad perfecta, qn<' restituvc la amistad divina. La contrición perferta o detestación de los perados, es una especie de caridad qne prorede del amor de benevolencia para con Dios. Es del mismo modo cierto que el martirio en los adultos y en los niños suple el bautismo de agua (6). El bautismo es la puerta de la IglPsia; ninguno puede incor- (1) Joann., III, 5. (2) Marc., XV, 16. (3) Cateches., III, 10, P. G., 33, 439. (4) De mysteriis, c. 4, n. 20; P. L., 16, •112. (fil S,·ss.. VTI, can. 5, rle baptis. f'fr. Co'lcct. Conci/.., t. 33, p. 54. (B) Véanse los ~•'"anuales de Dog-rntitica B!'t'VP :,~ trata la cuPstión ANTON!l'S POILANTI, De Sacramcntis, p. 182-l!l2, H.om ., 19·15.
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