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PRI!>U::IL\ PAHTg. - CAP. III. - AH'l'. VII 115 al régimen de los legítimos pastores. Por la Iglesia y en la Igle– sia los fieles participan <le la vida de Cristo, que influye en su Cuerpo Místico, dúndole ser, crecimit·nto y perfección,· de modo que llegue hasta el desarrollo orgúnico de sus miembros corres– pondiente a la plenitud varonil del mismo Cristo (10). La fiiiación divina y la incorporación a Cristo vienen por medio de la fe y del bauúsmo. Omncs cnim filii cstis pcr f ídem, qnac cst in Christo Jcsn. Qnicumqiic cnim in Christo baptfr::ati cstis, Christum indui– stis (11). Sería superflu(I en este iugar aducir los incPntablcs testimo– nios de la Tradici(m, Por da <k ejemplo indicamos los siguien– tes: San í11, qu(• trata muchas n·ces de la materia, dice: ((Totus Cliristus caput et corpus. Capu! ille salvator corporis, qui jam asecndit in crwlum; corpus :rntem ·EccL quae laborat in terra), (12). San Cn'g\Jri() l\Tagno: (( l'!l11111 quip1w corpus cs1 tota Ecclesia sancta et universalis sub C!Jristo Jesu, suo videlicPt eapite, constitutan (13). El Concilio Florentino declara: HPt'r bap– tisma membra Cbristi ac el,· cnrpnre efticimur EcclPsiae>, (14). Del mismo modo el Tridentino : ((Christus lavacru baptísmi sui corporis membra semel dfecit... Eucharistia [ est] symbolum unius corporis, cuius ipse caput ,,xistitn (15). 145. El Cuerpo Místico y las Misiones.-En la naturaleza humana se da la tendencia y la capacidad a la propagación; el hombre formado tiende a reproducirse y comunicarse. De se– mejante manera el Cuerpo Místico de Cristo ya constituído, for– mado, adulto, pletórico de vida sobrenatural, debe procurar pro– pagarse, comunicar la vida sobrPnatural a los que todavía no la tienen, a los que no conocen a Cristo y no viven de la vida de Cristo. Extender, propagar, multiplicar las células d~ ese cuerpo místico, es la obra de las misiones que tiend,:n a plantar la Iglesia, en cuyo seno pueden participar de todos los beneficios que se derh-an de sn Cabezn. De aquí qtH' \'l rl'inanl(' Pontífice Pío XII en su Encíclica sobre el Cuerpo l\Iístico de Cristo (16) exhorta a (10) Eph., IV, 13. (11) Gal., III, 17. (12) Bwirr.. in !"'· :w, P. L., 36, 2:n. (13) In ps. pocnitcntiales, "· vers. I, P. L., 7!l, ,;02. (14) DE:-JZ-H., (;96. (15) Dimz-B., 875, 8%. Cfr. TH<ntP, o. c., p. 210-228. (16) Encycl. «M~-st!ei Corporis Christi», 2!l dP junio de 1943. Cfr. Act. Ap. Sed., 1943, t. XXXV, p. 243.

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