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208. Florecían también las m1s10nes en Corea. pero con la guerra se ha obstaculizado la acción 'de los misioneros. 209. Se extienden también las misiones por todas las islas de Oceanía y de Indonesia. En Australia está ya constituída la jerarquía, pero por circunstancias especiales depende de Propa– ganda Fide. En la mayor y principal parte de la isla florecen el catolicismo y las vocaciones eclesiásticas. 210. Misiones en Africa.-A principios del siglo XIX no que– daba ya casi nada de las florecientes misiones que en el Congo, Angola, Abisinia y otras regiones del Africa habían fundado intrépidos y abnegados misioneros españoles, portugueses e ita– lianos; pero en los siglos XIX y XX se ha logrado establecer mi– siones en tQ1as las regiones africanas. Africa, misionalmente, se divide en Norte-Oriental, Occiden– tal, Central, Meridional, Oriental e Insular. En todas estas re– giones crecen continuamente las misiones, excepto en los territo– rios dominados por el mahometismo. Misioneros de todas las Ordenes e Institutos trabajan en territorio africano; pero se dis– tinguen de manera especial los Padres Blancos y los de la Con– gregación del Espíritu Santo. Existen numerosos Vicariatos y Prefecturas, que tienden a desmembrarse continuamente. Hay un Internuncio en Egipto y Liberia, Delegaciones Apostólicas en Etiopía, Africa francesa, Africa Meridional, Africa Oriental y Occidental Británica, Congo Belga y Ruanda Urundi. Se han constituído varias Provincias Eclesiásticas. El despertar misionero del Africa ofrece un porvenir conso– lador para la Iglesia católica. 211. ]\,fisiones en A.mérica.-Existen misiones en Alaska y en el Cana,1á. En los Estados Unidos ejercen el apostolado entre los negros e indios varios Institutos religiosos y las respectivas diócesis. Hay todavía territorios de misiones en California infe– rior, en algunas regiones de Centroamérica y en las Antillas. en Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Chile, Perú, Brasil, Bo– livia y Paraguay...

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