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niente de los simples fieles. Es necesario, por tanto, que los mi– sioneros, principalmente los Prelados, se cuiden de los Semi– narios, de los Catequistas, de las Escuelas: elementales, norma– les, profesionales y de las Universidades. Síguese la necesidad de formar personal docent,e; profesores, maestros, catequistas, etc. 148. La prensa.-En la actualidad tiene gran importancia y no se pueden descuidar los libros, la propaganda escrita, las bibliotecas, la formación y cultivo de la literatura indígena. Los misioneros podrán servirse del personal laico, de la Acción Católica y de otros medios oportunos ... Art. III.-MEDIOS DE ORDEN BENEFICO 149. Como medios indirectos de apostolado se pueden con– siderar las obras de beneficencia. Curando y socorriendo los cuerpos se llega también más fácilmente a las alrrias. Las misiones católicas atienden también a las obras de be– neficencia, como clínicas, hospitales, orfelinatos, leproserías, asilos de ancianos, dispensarios y otras obras similares que tien– den a curar a los 0nfcrmos, socorrer a los indigentes y aliviar a los necesitados. 150. La medicina y las misiones.-Comprendiendo l;:is nece– sidades sanitarias e higiénicas de muchos países de misiones, se han fundado Institutos médico-misioneros, como el Wursburg en 1925; alistamientos de médicos para las misiones, como «L'Aide medical aux Missions», en Bruselas (1925); Sociedades médico-misioneras, como «Catholic Medical Missions Board», en América, 1924; las Escuelas de medic.ina para mifüoneros de ambos sexos en Roma. Barcelona. Madrid y otras part0s. 151. La aviación y fa radio.-Los sorprendentes progresos que la aviación, la radio y la televisión han hecho en nuestra época son aplicables también con grandísima utilidad al ser– vicio de las misiones. 152. Cooperación misional.~Para el empleo de todos los me– dios referides se requieren muchos recursos, que vienen sumi– nistrados por todas las obras de cooperación misional, de las cuales hablamos en otros lugares. 62