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CAP. !.-PERSONAL MISIONERO 126. Personal misionero.-Ya tratamos de la organización central y periférica de las misiones católicas. De las represen– taciones de la Santa Sede: Nunciaturas, ·rnternunciaturas y De– legaciones Eclesiásticas. De la organización eclesiástica en los territorios de misión: Provincia Eclesiástica, Diócesis, Vicariatos Apostólicos, Prefecturas Apostólicas, Abadías Nullius, Praela– turas Nullius, Misiones sui juris, etc. El personal misionero puede pertenecer al clero secular y regular; a Ordenes e Insti– tutos religiosos; a Entidades, Sociedades o Seminarios de Mi– siones. Los misioneros principales estan revestidos de dignidad sacerdotal. Los Hermanos legos, Religiosas, seglares de ambos sexos, son misioneros auxiliares. El personal misionero puede ser extranjero, indígena. Art. I.~D,E LA PATRIA A LA MISION 127. Vocación.-Suponiendo que el personal misionero se traslada de su patria al territorio de misión, vamos a indicar algunos puntos: 1. 0 Es necesaria una vocación m1s10nera para que el can– didato no vaya en busca de aventuras o como un simple explo– rador, sino movido por un ideal sobrenatural, como verdadero apóstol de Cristo. 128. 2. 0 Despedida.-Conviene que sea solemne, religiosa y edificante, con la asistencia de autoridades y concurrencia de fieles, para que todos se penetren del sublime ideal del mi– sionero. 129. 3. 0 El viaje.-El misionero no es un turista, ni un co– merciante; es un apóstol enviado por la Iglesia y como tal debe viajar dominado por el ideal que le guía. 130. Incorporación a la misión.-Llegado a su destino, debe presentarse a sus legítimos Superiores y ponerse con humildad y rendimiento a sus órdenes. 56