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ción hacia Dios; otros, a la clasificación entre hombres malos y buenos. Aquellos que no observan la ley natural, se condena– rán; éstos se pueden subdividir en simplemente buenos, que ob– servan la ley natural; y otros mejores, que por medio de la razón se orientan hacia Dios. Algunos dicen que los infieles se pueden considerar como niños psicológica y moralmente. Algu– nos admiten la iluminación especial al despuntar la razón o en el ocaso de la vida. No faltan algunos que quieren modificar el dogma del infierno según la tradición, diciendo que aun los con– denados privados de la visión sobrenatural de Dios, tendrán el gusto de vivir. Una opinión muy difusa entre los escolásticos es que Dios mismo, inmediatamente o por un medio extraordinario, procu– rará que adquieran la fe necesaria para la salvación. Aun supo– niendo todas esas opiniones no condenadas por el magisterio de la Iglesia y admitidas con mayor o menor probabilidad, serán siempre medios supletorios, vías extraordinarim:. 51. Medio ordinario y normal.-Según el plan divino esta– blecido por Dios en la presente economía sobrenatural, para salvarse es necesaria la fe que se anuncia por la predicación; es necesaria la gracia santificante que se adquiere por el bau– tismo; es necesaria la pertenencia a la Iglesia, en la cual se en– cuentran todos los medios necesarios y abundantes para la justificación y santificación. Luego para que todos los hombres conozcan y profesen la fe católica; para que todos pertenezcan a la única Iglesia ver– dadera; para que todos gocen de los medios ordinarioB, necesa– rios y abundantes de salvación y de santificación; para que se cumplan los planes divinos establecidos en la Revelación, son necesarias las misiones extranjeras, medios por los cuales se anuncia la fe a todo el mundo y se planta perfecta y jerárquica– mente la Iglesia en todas partes. 30

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