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62 Dll., P. PÍO M. 1 DE MONDll.EGANES, O. F. M. CAP, ----- -------- -------- - " ----- las obras buenas y las malas, a los justos y pecadores, a la virtud y al crimen. Luego, lógicamente hablando, no hay más que un solo camino para conseguir la eter– nidad feliz, un solo sendero para llegar a la posesión de Dios. Este es el camino señalado por la recta razón y manifestado por la religión verdadera, por la ley y el cumplimiento de los deberes, los cuales podemos sinte– tizar en una sola expresión: conoce,:, servir y amar a Dios. Esta es la idea soberana, central, sintética de la vida; lo único necesario del Evangelio, a lo cual debe ordenarse y convergir todo lo demás; éste es el objc>to exclusivo de la actividad humana; éste es, en una pala– bra, el fin del hombre sobre la tierra. Cada uno, pues, puede preguntarse a sí mismo: ¿Para qué me puso en este mundo? ¿Para qué me <lió el alma con sus potencias y el cuerpo con sus sentidos? ¿Para qué me concedió todos los donP.s naturales y sobrenaturales, intrínsecos y extrínsecos? Para conocerle, servirle y amarle, con toda mi alma, con todas mis fuerzas, con todo mi ser. Todo lo que tengo, todo lo que soy, todo lo que valgo, todo lo que hago es para este fin. l\1i alma y mi cuerpo, mis actividades y esfuerzos, mis trabajos y descansos, mis noches y mis días ... se deben emplear en esto, y nada mús que en esto. Esto es el hombre y esto es todo hombre. Estoy seguro que me preguntarás: ¿Cómo y de qué manera he de conseguir yo esto'! ¿Cuúl es el camino que debo emplear para encontrarle y andar por él? Esto es precisamente lo que yo te quiero enseñar; los deseos de tu corazón son los míos. Sólo te ruego que tengas un poco de paciencia y me prestes la debida atención, para

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