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CAPÍTULO II ¿PARA QUE CREO DIOS AL HOMBRE? Mi querido amigo: En mi anterior te hablé de la crea– ción y finalidad de las cosas en general; cómo todo ha sido hecho por Dios y para Dios, y cómo a :t.I se refiere todo, y de l~l habla todo lo que se mueve en la tierra y en los cielos. Siendo ésta una cuestión fundamentalísima para toda la vida humana, voy a insistir de nuevo sobre ella, concretúndola únicamente al hombre, a fin de que veas la misión que tienes en el tiempo y en la eternidad. Dios es mwstro Crcador.-¿,De dónde viene el hom– bre? ¿ Cuál ha sido su primitivo origen? ¿ Cuál fué el pri– mer principio de los seres racionales que han existido sobre la tierra y existirán hasta el fin de los tiempos? Uno es el Señor y Dueño de todo, una la causa común de donde proceden los seres: Dios. De Él salieron el espí– ritu y la materia, las criaturas libres y las que no lo son; df' f.~] procede la vida y el movimiento, la energía y la ac– tividad, lo visible e invisible; por consiguiente, debes pensar que eres criatura de Dios v ohra de sus manos. Tus manos, Dios mio, me han h 0 d10 y formado por completo: tuya es el alma, tuyo el cuerpo, tuyas las po– tencias, tuyos los sentidos, todo es tuyo y nada es mío.

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