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CAPhPLO XVI DE Ld SATISFACCION l\Ii apreciable amigo: Hemos llegado a la última con– dición que se requiere para hacer una buena confesión, que es la satisfacción de obra, de la que trataré breve– mente por ser cosa fúdl y sencilla. Entifa1dese por satisfocción el cumplimiento de la pcnitenda impuesta por el confesor. Suele definirse de la siguiente o parecida manera: Es una pena impuesta por el confesor en el sacramento de la penitencia, y aceptada de buen grado por PI penitente, ya para com– pensar de alguna nianc'ra la injuria qne ha hecho a Dios por el pecado, ya para pagar la pena temporal que merece por él. Es una parte integral del sacramento. Antes de ser cumplida se perdonan las culpas mediante la absolución; pero es requisito esencial que la penitencia sea acepta– da, al menos implícitamente, por el penitente para que éste pueda justificarse. Nada más lógico y natural. El pecado es una injuria que se hace a la Di-Yina l\Iajestad, y toda in_juria exige reparación y desagravio. Dios, por el arrepentimiento, perdona misericordiosamente la pena eterna merecida por la culpa grave; pero queda por pagar la deuda tem-

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