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HJO DR. P. PÍO M,ª DE MONDREGANES, O. F. l\I. CAP, - --------- -- ------ puede detestar la culpa y convertirse a Dios sin conmo– ciones sensibles. La voluntad libre del hombre tiene dos móviles y gira alrededor de dos polos, que son el bien y el mal. El objeto bueno la mueve, la atrae y fascina hacia sí; el objeto malo la repele, la separa y lanza fuera. El amor es como un aglutinante que une al que ama con el amado; el odio, un disolvente que los separa. Todo el secreto, para manejar esta potencia volitiva, está en pre– sentarle debidamente esos objetos; en aplicar, digámos– lo así, esos dos reóforos que la pongan en actividad cons– ciente y libre. Para conseguir esos dos fines te indicaré brevemente algunos motivos o medios, de los más ase– quibles y eficaces al mismo tiempo. 1. 0 La oración.-Supuesto que no podemos nada en el orden sobrenatural sin la gracia de Dios, y ésta es un fruto que no se produce en la árida tierra de nuestro corazón, es necesario pedirla al Dios de las misericor– dias y de las luces, del cual desciende todo don perfecto. Si humildemente se implora el dolor y arrepentimiento de los pecados el Corazón misericordiosísimo de Jesús se moverá a abrir los tesoros inmensos e inefables de sus bondades. Después de esta fervorosa súplica ayudará reflexionar brevemente sobre los siguientes puntos, que no hago más que mencionar, para que tú los medites y desarrolles a tu placer. 2. º La consideración de las postrimerías: muerte, juicio, infierno y gloria. El espectro terrible de la muer– te te desengañará de las vanidades e ilusiones de la vi-– da; el juicio inexorable del Supremo Juez te hará temer sus iras vengadoras; el fuego inextinguible del infierno llenará tu alma de espanto, al ver que corres presuroso