BCCCAP00000000000000000000629

BUSCANDO LA FELICIDAD 151 bierto de preciosa vestidura, cuajada de perlas y dia– mantes. Esta gracia le da derecho a la divina filiación, por la que se eleva a la dignidad de hijo de Dios, con dere– cho a la herencia paterna de Jesucristo, que es en el cielo; le restablece en la plena posesión de los méritos y riquezas espirituales que nos granjeó con su Pasión y muerte. Pero aún hay más: el alma que vuelve a la gracia por medio del sacramento recupera los méritos de las obras anteriores al pecado grave, según dijo el Señor por Ezequiel: "Al impío no le dañará su impif>dad <les– de el momento en que se convierta de e11a" (1). Suponte mi justo que ha vivido largos años llevando una vida austera y de rigurosa penitencia; al cometer la culpa grave pierde todo ese inmenso cúmulo de bienes sobre– naturales: por el naufragio del pecado mortal arroja de sí esas ricas mercancías que había adquirido con su<lo– res y trabajos durante el tiempo que sirvió a Dios. Mas, si tiene la fortuna de confesarse con las debidfls dispo– siciones, de recibir la absolución sacramental, se vuelve a posesionar de ellas, reviven en toda su plenitud los méritos adquiridos. Ved qué magnífico y misericordioso se muestra Jesús con los pobres pecadores ¡ Cuánta es la bondad y misericordia de nuestro buen Dios! Además de los efectos mencionados, la confesión sa– cramental da luces a la inteligencia, mociones al cora– zón, fortaleza contra las tentaciones, diligencia para evitar las ocasiones, aborrecimiento al pecado, atractivo (l) Ezech., XXX\"lII, 12.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz