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136 nn. P. PÍO M.ª_ DE MONDHEGANl'.S, º· F. M. CAP. --- y recobre la salud. Preciso es hacerse violencia para elevarse por encima de todo temor, y ofrecerse a la justicia con los ojos cerrados, como se ofrece uno al médico para sufrir las incisiones y las quemaduras, sin tener en cuenta el dolor; de suerte que, si la falta que ha cometido merece azotes, se presente para recibirlos; si hierros, alargue las manos a las cadenas; si multa, la pague; si muerte, la sufra; siendo el prirnero en deponer contra sí mismo, abriendo los labios para que, por la confesión de sus crímenes, logre libertarse del más gran– de de todor los males: la inj ustieia" (1). Así habla un pagano que no conoció el sacramento de la Nueva Ley. No dudes, pues, amigo muy amado, que ella llevará el consuelo y la esperanza a tu afligido corazón; ella te levará de las culpas y reconciliará con tu Dios. Esta es la llave de oro que hoy te ofrezco cariñoso. Te iré explicando su origen, su naturaleza, sus propiedades, sus consecuencias, sus ventajas, cte. Ten un poquito de paciencia y sígueme. Te prometo que un día aparecerá ante tu vista el horizonte claro, limpio y sereno; salta– rás de gozo y alegría por haber hallado este inestimable tesoro. Con estas vivas esperanzas se despide de ti y te envía cordial saludo tu afectísimo Padre Fr. Pio. (1) Cfr. Platonis Opera e.r re~<'nsione R. B. llirsehigii, vol. I, Gorgias, XX,XVI, pág. :ir,1. París, 1873.