BCCCAP00000000000000000000628
En la Evallgelii Praec,mes se Lee: « Ha sido siempre norma sapien– tfaima, seguida desde los priinópios de la Iglesia, que el Evangelio no debe {Destruir lo c1ue sea bueno, honesto y hermoso en la índole y en las costumbres ele lo~ pueblos que lo han abrazado. La Iglesi'a conduóendo los pueblos a una civálüadó-n mús elevada, bajo el influjo de la reli– gión cústiana, no se comporta corno eJ que destruye una selva luju– riante sin alguna distinción, sino m:ís lüen ingerta nuevas y sanas púas en viejos troncos. La Igle,,ia no des,precia y rechaza -completamente el pensamiento pagano, s,ino más bien déspués ele haberle purificado de todo error y escoria, lo completa y perfecciona con la sabiduría cris– tiana » ( 36 ). En -el discur,;o dirigido a los Hi:storiadores en 1955 añade: « La Iglesia católica no se identifica con alguna cultura; no le está permitido por su misma esenóa. Ella ,sin embargo, está di,spuesta a conservar rela– ciones con todas hs cultura-,. Reconoce y d1,ja subsistir todo lo que en ellas no se opone a su naturaleta. Pero an cada una de ellas introduce la verdad y la grncia de Jesús confiere a ellas una semejanza pro– funda » (ª 7 ). En la Evangelii Praecones e,~cribe: « El misionero debe considerar como una segunda patria y amar con debido amor aquella región a la cual lleva la luz del Evangelio y, por tanto, no busca compensación en lo que está ligado a su nación » (3 8 ). La Iglesia ,es incleipendi,ent,e de la políüca intema de la nadón. En la CujJimus imjnimis leemos: « La Iglesia no llama a sí un solo pueblo, una única mu:ión, s,ino que ama hs gentes de cualquier estirpe con el amor sobrenatural de Cri,sto, que debe reunir a toclo,s como hermanos. Por esto ninguno puede afirmar c¡ue ella está al servicio de una poten– cia particular » (3º). En la EJpístola dirigida al Prefecto de Propaganda Fide Perlibenti quidem escribe: « La Iglesia no pretende apoderarse del mando in cosas meramente temporales, pero e,t:i inflamada de la única ansia <le poder llevar la suprema luz de la fe a todas las gentes y de promover la civi– lización huma-na y la fraterna concordia entre los pueblos » ( 4 º). Los misioneros no son agentes políücoo de la propia ,patria, no pre– tenden colonizar para su país. La fina 1 liclad de las misiones es predicar 12 ( 36 ) AAS., 1951, t. 43, págs. 521-522. (ª7) AAS., 1955, t. 47, pág. 681. ( 38 ) AAS., 1951, t. 43, pág. 506. ( 39 ) AAS., 1952, t. 44, pág. 155. (4º) AAS., 1950, t. 42, pág. 727.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz