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L.\ DIVINA PHO\'IDE:,CIA 93 de .Jesucristo, que fue humillado, herido, maltratado, des– preciado, crucificado. Después de haber dado 1a vida por nosotros resucitó al tercer día de entre los muertos y nos dio la vida sobrenatural mediante la gracia santifieanle. Job es un modelo de paciencia invicta después de tan crueles pruebas. Al tener noticias de la pérdida de sus bien.es y de sus hijos responde tranquilamente: Dios me lo dio, Dios me lo q1tita. Sea siempre bendito. Si recibimos los bienes de Dios, ¿por qué no los males? En sus exclamaciones, que parecen fuertes y audaces, ,Job manifiesta con viveza sus dolores, pero sin perder la paciencia ni ofender a Dios en su corazón. No sólo castiga y hace sufrir a los culpables, sino tam– bién permite las pruebas de los inocentes, para elevarles a mayor santidad. El alma, cuanto más purificada de todo lo creado, mús se eleva al Criador. Recordemos también aquí lo que dice San .Juan de la Cruz acerca de la Noche obscura, donde el alma se purifica y se desprende de todo lo creado para elevarse a los más elevados grados de la unión mística. § IV. Libros Sapienciales. Los libros de la Biblia llamados Sapienciales contienen mucha doctrina sobre la Providencia. Hacemos sólo algu– nas indicaciones sin pretender ser completos en la ma– teria. David y los salmos. David, rey teocrático, es un, ver• dadero tipo ele Cristo. Resplandece por su fortaleza, pie– dad, mansedumbre y generosidad. La Providencia le con– dujo al trono y le ayudó en variados y peligrosos aconte– cimientos. Agradecido a las bendiciones del Señor cantó admirablemente sus misericordias y proclamó su Providen~ cia en muchas partes de su salterio. En el salmo 25 habla
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