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LA DIVINA PROVIDENCIA 83 § II. Tobías, Jwi'it, Ester. Tobías. El piadoso israelita Tobit se conservó siempre fiel a la ley de Dios, aun durante el tiempo de la cauti– vidad. Se distinguió por sus obras d~ misericordia¡ daba generosamente limosnas y enterraba a los muertos. Dios le probó con varios trabajos y particularmente con la pér– dida de la vista. Este librito, donde se refiere la historia de los dos To– bías, padre e hijo, con los acontecimientos y episodios que se n,arran, contiene muchas enseñanzas prácticas acerca de la piedad, de la paciencia, de la beneficencia, de la resig– nación a la voluntad de Dios. La intervención de la Divi– na Providencia resplandece maravillosamente:' en las prue– bas que Dios permitió en casa del venerable anciano. "Yo me entristecí y lloré y con, dolor me puse a orar, diciendo: Justo eres, Señor, y justas todas tus obras; to– dos tus caminos son misericordia y verdad; juzgas siem– pre según verdad y justicia. Muéstrate a mí y para en mí tus ojos. No me castigues por mis pecados, ni por mis ig– norancias, ni por las que mis padres cometieron contra Ti" (8). Igualmente apare.ce la acción de la Providencia en las pruebas de Sara, hija de Ragüel, y en el viaje que el hijo Tobias hizo a Media, acompañado del ángel San Rafael, que le guió, obró varios prodigios en, su presencia, le arre– gló la boda con Sara y le volvió sano, salvo y contento a casa de sus padres, acompañado de su esposa. Cuando se les manifestó el ángel San Rafael quedaron turbados y cayeron sobre su rostro, llenos de temor. El les dijo: "No temáis; la paz sea con vosotros. Bendecid a Dios (8) Tob., III, 1-3.
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