BCCCAP00000000000000000000626

LA lllVINA PHO\'Illl?u'-.CL\ 81 raón y contra todos sus servidores y todo su territorio, ni en cuanto a su mano poderosa y a tantos terribles prodi– gios como hizo a los ojos de todo Israel" (3). En el libro de los Números se narra el episodio de la burra de Balam. Acamparon los hijos de Israel en ,los Lla– nos de Moab, al otro lado del Jordán, frente a Jericó. l\foab temió grandemente a aquel tan ,n,umeroso ejército. Balac, rey de l\foab, mandó mensajeros al profeta adivino Balam para que fuera y los maldijera. El Señor dijo a Balam que no fuera con los mensajeros y que no maldijera al pueblo de Israel. Balac mandó todavía mensajeros más nu– merosos y respetables. Balam dijo a éstos: "Aunque me diese Balac su casa llena de plata y de oro no podría yo traspasar las órdenes de mi Dios". Finalmente, fue Ba– lam ccm, los mensajeros montado en su asna. Esta, viendo al ángel de Yavé parado en el camino con la espada des– envainada en la mano, se salió del camino y echó por otro campo. Balam la fustigó. Entonc(•s el ángel se puso en una estrechura entre la pared de un lado y de otro; al verle la asna se echó contra una de las paredes cogien<lo la pierna de Balam. Este de nuevo la fustigó. El ángel se puso en una angostura de donde, ni a derecha ni a iz– quierda, podía des,iarse; al verle la asna se echó debajo de Balam, el cual, enfure:eido, la fustigó más. Entonces Dios abrió la boca de la asna y empezó a hablar y a que– jarse de su caballero. Abrió Dios los ojos de Balam y vio también al ángel del Señor. E<n.tonces se postró echándose sobre su rostro. Dijo al ángel: "He pecado, no sabía que tú me cerrabas el camino. Vete con esos hombres, pero di a Balac lo que yo te inspire". Llegaron a Balac. Este le dijo: "He mandado a llamarte, ¿por qué no has venido?". "Aqui me tienes. Pero yo diré lo que Dios ponga en mi boca." Después de ofrecer sacriffrios repetidas veces Ba- (3) Deut., 34, 10-12. 6

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz