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LA DIVINA PROVIDENCI.\ 77 ---~··-··----- chas partes. Tiene sentidos externos e internos, facultad in– telectiva y volitiva, alma y cuerpo; triples operaciones: ve– yetativas, sensitivas y racionales. El hombre no vive solo, es sociable y tiende a unirse con sus semejantes en socie– dad conyugal, familiar y civil. Habita en este mundo, donde hay multiludes inmensas que forman diversas sociedades naturales o artificiales. Por los puntos que trataremos más adelante veremos de qué modos y medios se sirva la Divina Providencia para gobernar al hombre en el orden moral. § III. 1'1'ovüiencia especialísima en l'l orden sob1·enaturnl. Para comprender mejor la acción de la Providencia es necesario considerar al hom;bre en el estado actual. Dios crió al hombre y le eleyú al estado sobrenatural, para que pudiera amarle como a un tierno Padre y llegar a la felicidad -eterna con la visión beatífica. Mas he aquí que el hombre prevaricó y rompió los planes de Dios. In– tervino entonces la Providencia divina de una manera ma– ravillosa y consoladora. La Providencia se cOilnpadcció de la desgracia de la hu– manidad y nos manifestó otro plan sobrenatural. Para reparar la caída y satisfacer la ofensa Dios pro– mete al hombre pecador un Mesías. Después de una larga espera de miles de años viene ese Salvador y Mediador, deseado de las gentes. Se encarna el Verbo Divino y habita entre nosotros, muere y nos redime. Por su mediación nosotros podernos ya tener relacio– nes especiales que superan las fuerzas naturales, podemos ya ser y llrumarnos hijos de Dios. B:ntrarnos en un mundo <>special, donde brillan las intervenciones de la Divina Pro– videncia. Tenemos una nueva vida en un orden superior, de la cual cuida Dios, Trino y Uno.

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