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~2 _____ J>. PÍO M." DE MONDHEGANES, O. F:_ M. CAP. el tiempo de lo que ya t'xiste desde la eternidad en la mente divina. La Providencia, como los demás atributos de Dios, no se distingue realmente de El. Pero con respec– to a las cosas a que se refiere podemos distinguirla, según los diversos órdenes: a) En física y moral. La plimera se refiere a las co– sas que obran necesariamente; la segunda, a las que go– zan de libertad. b) En ordinaria y ,extraordinaria, según que ohra si– guiendo la naturaleza misma de las cosas o milagrosa– mente. c) En natural y sobrenatural, considerándola en el or– den de la naturaleza o de la gracia. d) En eficaz e ineficaz. Se dice efiP-az (consecuente o absoluta) cuando obtiene infaliblemente d efecto. Ineficaz (consecuente, condicionada) si sólo exige la intención del fin y disposición de los medios, pero no se reduce al acto. e) En ,zrniverwl, especial, especialisima. Uniuersal pura todos los seres. Especial respecto de las criaturas racionales. Especialísima, si se refiere a los justos y elegidos, de los cuales Dios tiene cuidado espccialísimo. Adversarios. Son todos los ateos, que niegan la existen– cia de Dios personal y distinto· del mundo. Los raciona– listas, según los cuales la sola razón humana sería sufi– ciente para gobernar al mun,do. Los fatalistas, que sostie– nen que todo sucede por necesidad independientemente de una Mente Superior. El mundo se gobierna por las leyes ciegas del destino. Los pesimistas, que no ven más que el mal en este mundo, guiado por una volun,tad ciega y mala. Los c/eislas, que Dios creó el mundo; pero, una vez he– cho, lo abandonó a sí mismo. Todas las cosas que Dios creó con su Providencia las defiende y gobierna. Toda~ están patentes a sus divinos ojos. Diee San Pnblo: "No hay cosa creada que no sea ma– nifiesta en su presencia, ~mtes son todas desnudas y ma-

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