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(i6 P. PÍO M.ª DE MONDREGANES, O. F. M, CAP. cribe: "Dios es rico en misericordia por el gran amm· con que nos amó" (29). Dios tuvo misericordia de la humanidad caída, la le– vantó al estado de gracia; envió a su Unigénito a este mun– do para redimirla y salvarla. La Encarnación y la Reden– ción son efectos de la infinita misericordia del Padre ce– lestial. El mismo Jesucristo ejercitó la misericordia con los pe– cadores arrepentidos, verbigracia, con la Samaritana, con la Magdalena, con San Pedro, con el Buen Ladrón y con otros muchos, como sabemos por el Nuevo Testamento y por la hagiografía de los santos. Nuestra espernnza del perdón y de la futura gloria se fundan en la infinita misericordia de Dios para con nos– otros. Por los méritos de Jesús, de María Corredentora y de los Santos esperamos obtener misericordia de nuestro Buen Dios. De ese modo podremos cantar sus misericor– dias eternamente. Misericordias Domini in aeternum can– taba (30). ARTICULO 12 De la infinidad de Dios. Siendo Dios un Acto Purísimo, Ser absolutamente ne– cesario, Causa Primera de todas las cosas, sigue, por con– secuencia, que sea Infinito. Entendemos aquí por infinito a lo que nada se rle puede añadir en ningún, sentido. Un Ser perfectísimo que no tiene potencialidad para adquirir o aumentar ni ab intrínseco, nec ab extrínseco. Eil Concilio Vaticano I declara que Dios es infinito en todas las perfecciones (31). (29) Ef., II, 4. (30) Sal., 88, 2. (31) Denz., 1782.
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