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LA DIVINA PROVIllRNCIA 61 El objeto secundario son las bondades de todas las cria– turas. Porque no son objeto adecuado Dios las ama libre– mente. Puede producirlas y amarlas, según sus naturalezas y exigencias; puede aniquilarlas o dejarlas en el estado de mera posibilidad. No puede querer las cosas imposibles, como sería un circulo cuadrado, porque no hay capacidad en las cosas. La voluntad de Dios respecto a las cosas, particular– mente de los seres libres, puede ser absoluta, como la crea– ción del mundo, o condicionada, si depende de alguna con– dición, verbigracia, Dios quiere salvar al pecador, si se arre– piente de sus pecados. Puede ser también antecedente o consiguienle: Quiere la salvación del hombre antecedentemente a todo pecado mortal personal; quiere la condenación del pecador, si éste no quiere arrepentirse y persevera en su obstinación. De la conformidad de nuestra voluntad a la divina ha– blaremos en otra parte. ARTÍCULO 7 ."' De la omnipotencia de Dios. Por potencia de Dios se entiende el poder que tiene de producir fuera de sí mismo todo cuanto su voluntad quie– re. Siendo infinita la voluntad, también lo es la potencia. Por esto se llama a Dios omnipotente. Para Dios todo es posible, si 'Il,() implica contradicción o imposibilidad meta– física. Como su voluntad es santísima, tampoco puede ha– cer lo que supone pecado o imperfección. Todo lo que es contrario a su naturaleza o a sus atributos no lo puede hacer. La potencia de Dios se manifiesta por la creación de todas las cosas. Dios trajo el mundo de la nada, por sola

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