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58 P. PÍO M.ª DE MONDREGANES, O, F. M. CAP. ----- para poblar toda la haz de la tierra. Él fijó las estaciones y los confines de los pueblos, para que busquen a Dios y siquiera a tientas le hallen, que no está lejos de nos– otros, porque en Él vivimos, y nos movemos y existimos, como algunos de vuestros poetas han dicho : Porque somos linaje suyo" (9). Dios está presente a todas las cosas y lo penetra todo, aun las intimidades más recónditas y profundas del cora– zón, humano. E:sta verdad nos debe causar un sentimiento de ,temor y reverencia para estar atentos y no cometer nada que ofenda la majestad de un Dios que nos ve. Por otra parte, es también consolador que nosotros vivimos y obra– mos bajo la mirada paternal de nuestro buen Dios que nos invita a obrar conforme a su voluntad. Se le apareció Dios a Abra:ham y le dijo: "Yo soy El Sadai; anda en mi pre– sencia, y sé perfecto" (10). La consideración de la omnipresencia de Dios debe ser un motivo para conservar en nosotros su memoria y te– nerle presente en todos nuestros actos. ARTÍCULO 5.!" De la inteligencia de Dios. Dios es un ser inteligente que goza de entendimiento y voluntad. Se conoce a sí mismo y a todas las cosas. ,Su ciencia se llama sabiduría, porque las conoce intuitivamen– te, por un acto eterno, inmutable y simplicísimo. Los hombres son también seres inteligentes, que parti– cipan de esta perfección, divina de un modo analógico. Los conocimientos de los hombres distan infinitamente del co- (9) Act., XVII, 23-28. (10) Gén., XVII, 1.
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