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LA DIVlNA Ptl.OVIDENCIA 47 ----- Dios no puso en la naturaleza del hombre ninguna cosa inútil o que le sirva de tormento continuo. Luego es ló– gico que, existiendo fuerte este deseo de la felicidad, debe existir un Ser Superior y distinto que se la imprimió en el corazón y que, al mismo tiempo, debe igualmente exis– tir un objeto infinito que pueda saciar esas aspirucion,es irresistibles. Ese autor y ese fin es Dios, principio de todos los se– res y verdad y bondad infinitas que podrán satisfacer com– pletamente las tendencias legítimas e intelectuales del hombre. ¡ Oh, Señor! ¿ Cuándo llegará el momen lo feliz en que te contemplará mi inteligencia y te amará mi voluntad y quedaré completamente saciado y gozoso con tu perpetua posesión? § 111. La historia de: la humanidad. Todos los pueblos han tenido creencias religiosas en un Ser Supremo, llámese como se quiera. Las generaciones primitivas tuvieron sus templos, sus sacrificios, sus ritos en obsequio de las divinidades. Los conceptos y los nom– bres serán diferon.tcs, pero la idea de un Ser Superior es común y universal. Cuando San Pablo, en Listra, sanó a un paralítico la muchedumbre llamó a él y a su compa– ñero Bernabé dioses, y querían ofrecerles sacrificios. En– tonces Pablo gritó diciendo: "Hombres, ¿qué hacéis? Nos– otros somos hombres iguales a vosotros, y os predicamos para convertiros de estas vanidades al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto hay en ellos; que en las pasadas generaciones permitió que todas las nacio– nes siguieran su camino, aunque no las dejó sin testimo– nio de sí, haciendo el bien y dispensando desde el cielo

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