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LA DIVINA PROVIDENCIA 27 cuentra; si la religión busca un ser superior al hombre que tenga toda grandeza, todo poder, toda justicia, toda santidad, en Dios lo encuentra; porque Dios y sólo Dios es el ideal viviente y perfecto, el Alfa y Omega de todas las cosas. Terminamos con las elocuentes palabras de Donoso Cor– tés: "La Teología, por lo mismo que es la ciencia de Dios, es el océano que contiene y abarca todas las cosas. Todas eJias estuvieron antes de que fueran y están después de creadas, en el entendimiento divino; porque, si Dios las hizo de la nada, las ajustó a un molde que está en Él eter– namente. Todas están allí por aquella altísima manera con que están los efectos en sus causas, las consecuencias en sus principios, los reflejos en la luz, las formas en sus eternos -ejemplares: en él están la anchura del mar, la gala de los campos, las armonías de los globos, las pom– pas de los mundos, el esplendor de los astros, las magni– ficencias de los cielos. Allí está la medida, el peso y nú– mero de todas las cosas, y todas las cosas salieron de allí con número, peso y medida. Allí están las leyes inviola– bles y altísimas de todos los seres, y cada cual está bajo el imperio de la suya. Todo lo que vive encuentra allí las leyes de la vida; todo lo que vegeta, las leyes de la vege– tación¡ todo lo que se mueve, las leyes del movimiento; todo lo que tiene sentido, la ley de la~ sensaciones; todo lo que tien,e inteligencia, la ley de los entendimientos; todo el que tiene libertad, la ley de las voluntades. De esta ma– nera puede afirmarse, sin raer en el panteísmo, que todas las cosas están en Dios y que Dios está en todas" (8). Luego, poseyendo a Dios, lo poseemos implícitamente todo; no poseyendo a Dios, aunque poseamos todo lo de– más, carecemos del objeto principal y necesario. Todo vie– ne de Dios y todo debe volwr a Dios. Eres propiedad de (8) Cfr. Do:-.oso Gowrús, Ensayo sobre el Catolicismo, eap. I.

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