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LA DIVINA PROYIDENCIA 23 existe la materia eterna, causa suprema de toda existencia. Esto es un absurdo. La materia es compuesta y necesita de un ser que sea la razón de sus partes y de la unión. La materia es un ser incapaz de determinarse por su natura– leza, que no adquiere conocimiento ni conciencia de sí mis– ma. Si no hay más que materia, ¿ cómo me explicáis la vida, los espíritus, el pensamiento, la ciencia?... Concedamos por unos momentos que no hay más que materia. Decidme: ¿ La podéis concebir como necesaria, in– mutable, perfectisima, actualísima, independiente, revesti– da de todas las cualidades que debe gozar el primer srr, el ser que tenga la razón suficiente de su existencia en sí mismo? § IV. Al'(IUlll<'Jl/11 de gradarión. Dirijamos una cuarta mirada n los seres del mundo que nos rodeain y preguntémosles: ¡, Por qué sois más per– fectos que otros? ¿. Por qué unos se consideran inferiores y otros superiores, unos más notables, otros menos? ¿ Por qué existe la jerarquía entre los entes? Existen unas cosas m<Ís perfectas que otras. Las cosas más y menos perfectas son imposibles sin un ser infinita– mente perfecto. Este es Dios. E.rislen unas cosas más perfectas que otras. Des<fo las fron– teras de la nada hasta el Hrr más pPrfeclo, dentro rlrl onlP11 de la contingencia, hay una escala inmensa. Podemos ir su-– hiendo de especie Pn Pspeci-e, ·de g( 1 Iwro en génPro, dn reino 811 reino, hasta llegar al rey dr ln crearitín, el llomhrc. Y dPspUl;.s de llegar a este peldaño se nos pupde decir todavía: Ascende snperius. Sube, sube más, porqun no has llegado a la cima, no podrmos convencrrnos que nosoLros seamos el último tipo de nobleza y perferri<ín, porque la razón y la yoz imperiosa de la conriencia nos dicen que puede ser mucho mayor. Ponga– mos un ejemplo conrreto. El hirrro es lrnenn, porque es duro y maleablr: la naranja r~ lmena, porque nos rrfrrsca: rl trigo

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