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258 --- ___P. PÍO_M. 0 DE MONDREGANES, O. F. M. CAP. Amad, servid y cumplid la voluntad de Dios. Es el Pa• dre de las misericordias y el Diios de toda consolacion. A cada uno dará según sus obras. "Alégrense y regocíjense en Ti cuantos te buscan, y los que aman tu salvación exclamen: "Glorificado sea Dios, Yo soy un pobre menestP.roso. Socórrrme, oh Dios. Tú eres mi ayuda y mi libertador.. ¡ Oh Yavé, no te detengas!" (24). Un niño se abandona seguro en los brazos de su ma– dre. Confía que ella le conducirá por el camino seguro. No se preocupa, porque tiene confianza en ella. Un enfermo tiene c01n.fianza en el médico y le deja recetar y curar. ¿No debemos tener nosob-os más confianza en Dios, cuyo amor es más grande y tierno que el de una madre? ¿No confiaremos en Dios, que es el ,Médico omnisciente de nues– tras almas y cuerpos, y sabe aplicar las medicinas y sanar'! Tengamos fe y confianza ei!l, la Divina Providencia, que todas las cosas irá disponiendo con bondad y sabiduría para su gloria y para nuestro bien. Señor y Dios mío: dame a conocer tus caminos; mués– trame tus senderos; concédeme conformidad en las adver– sidades; gobierna mi vida y dirige mis pasos; otórgame el perdón de mis culpas y ten compasión, de mí; finalmente, condúceme al puerto seguro de la feliz eternidad. "In te, Domine speravi, non confundar in aeternum". En Ti, ¡oh Yavé!, confío. No sea yo nunca confzmdido (25). (24) Sal., 70, 5-6. (25) Sal., XXX, 2.

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