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250 rechos de amistad que existen entre Dios y {; justo. Según la opinión más respetable, la perseverancia final es objeto de mérito de congruo fundado en la amistad; porque '!Sto no es otra cosa que el estado de gracia conservado. El mé• rito fun<lado sobre los derechos de amistad obtiene la re· compensa correlativa. Dios no niega lo que se merece para uno mismo. Si se merece personalmente la perseverancia final, en ._,ste sentido se seguiría que los justos en la edad adulto podrían merecer por sus actos buenos y de caridad el don de la perseverancia final, y perseverarían de hecho hasta el fin en estado de gracia. Lo cual no es cierto '.tú Dios lo ha prometido. La buena muerte o la perseverancia final se podrá me– recer y obtener con un mérito de congruo en sentido lato, es decir, no fundado en la justicia ni en la caridad, sino sólo en la liberalidad y misericordia de Dios. Algunos oh– jetan diciendo que el que merece lo más merece lo menos. Ahora bien, el justo puede merecer de condigno la vida eterna, la cual es mucho mayor que la perseverancia final. Luego puede también ésta. Quien puede lo más puede lo menos, en igualdad de cosas y circunstancias; de lo con– tra11io, no siempre se verifica la aserción. La vida eterm,a es término del mérito, mientras que la perseven.ncia es como el principio, y el pri1tcipio no se me• rece. TRANQUILIDAD EN EL MISTERIO. La vida sobrenatural está llena de misterios. Cada uno de nuestros buenos actos su– pone el misterio de la gracia, y cada uno de nuestros pe– cados mortales el misterio de la iniquidad, que permite la Providencia divina. Vivimos en la obscuridad de la fe y caminamos hacia ignoradas mansiones. Esperamos lo que nunca vimos. Dice el Eclesiastés: "Poniendo en mi corazón todo esto, vi bien que el justo y el sabio y sus obras están en las manos de

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