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CAPITULO IV AVANZ.4 CONFIADAMENTE Si quieres llegar al fin para el cual fuiste creado y ador– nar tu frente con la corona de la gloria sempiterna, camina siempre confiado por las sendas escondidas o manifiestas de la Divina Providencia. En todo tiempo y en todas las circunstruncias obra por Dios, proc.tll'a cumplir su voluntad, abandónate en su amo– rosa Providencia con la confia1zza de zrn amante hijo en los brazos ele su óptimo padre. Persevera en la rectitud de intención hasta el último respiro; sé fiel a Dios, aun en las cosas pequeñas; confía en el poder, bondad, mist:ricordia y providencia del Padre Celestial que te trajo a este mundo para conocerle, amar– le y servirle; y, mediante este servicio, poder poseerle en el cielo por toda una eternidad. Para ello te ayudará la consideración de los tres pun– tos que a continuación le propongo. ARTicULO l.º Obra en todo y siempre pot Dios. San Pablo escribía a los de Cori(ll,to: "Ya comáis, ya bebáis, o hagáis alguna cosa, hacedlo todo para gloria de Dios" (1). Todas las cosas, aun las más ordinarias, como (1) l Cor., X, 31.

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