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230 P. PÍO M,ª DE MO:NnREGANES, O, F. M. CAP, oficiús o profesiones, los estados individuales, familiares o sociales son manifestaciones explícitas de la voluntad di– vina. Toda la observancia en los estados de perfección es una palmaria manifestación de la volum.tad de Dios. Es el ca– mino seguro y regio de la perfección. 3) L<1s consejos evangélicos. Para los que están obli– gados a la observancia de los consejos evangélicos, por ra– zón de su rstado, es voluntad manifiesta de Dios la obser• vancia de los mismos, según la legislación particular del Instituto abrazado. Tod_a la legis,lación religiosa en general y en particular, grave o leve, es voluntad significada de Dios. Ninguno se santificará sin la observancia de las co• sas mandadas. Los que no han prometido la observancia de !_os conse– jos evangélicos es necesario que los observen en, cuanto al espíritu, removiendo los impedimentos que se oponen a la perfección cristiana. Ninguno adquirirá la perfección si no tiene el espíritu de pobreza¡ si no es obediente a las leyes y autoridades; si no vive en castidad, según las exigemdas de su estado particular. '1) Operación. Dios quiere lo que hace por sí misrno directa y positinnnente, y no depende de la voluntad de los hombres. Hay muchos acontecimientos individuales, fa– miliares y sociales, prósperos o adYersos, agradables o des– agradables, que Dios prrr sí mismo obra o por medio de las causas segundas libres o necesarias. Son sucesos pro– videnciales que ocurren en gloria de Dios y en bien de los hombres. 5) Permisión. En otra parte hablamos con más ex– tensión del problema del mal. En este mundo hay males morales y físicos que Dios permite por sus altos fines. Dios, en virtud de su santidad y bondad infinitas, no puede que– rer positivamente el mal, pero lo puede permitir ordenán-
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