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L.'\. DIVIN.\ PHO\'IDENCIA 201 Dios; conformándonos con las disposiciones o permisiones divinas. La oración es más poderosa que la ciencia y que las ri– quezas. Con la oración constante, humilde y confiada se influye más en el mundo que con los grandes inventos de la ciencia. La oración es una fuerza de primer orden y una resis– tencia im,vencible para rechazar toda clase de enemigos vi– sibles e invisfüles. El pueblo de Dios vence cuando lvfoisé'.s eleva suplicantes sus manos al cielo. Josué hace parar al sol para vencer la batalla. ARTÍCULO :L 0 Eficacia de la ornción. La oración no se opone a la inmutabilidad o Providen– cia de Dios. La oración no tiene por fin hacer cambiar la volunfad divina. Si a veces se habla de este modo es para hacernos entender. En realidad, la voluntad de Dios es ab– solutamente inmutable. La oración fue querida y mandada por Dios antes que nosotros nos pusiéramos a orar. Dios, desde toda .Ja eternidad, quiere la oración; quiere las sú– plicas para conceder las gracias de las cuales tenemos ne– cesidad. No somos ,nosotros los que hemos inventado la oración. Es Dios mismo, que dispone e inspira a los hom– bres a qne le dirijan súplicas, adoraciones y alabanzas. El mismo que los hacía brotar del corazón de los Patriarcas y Profetas. La oración hecha con las debidas condiciones es eficaz, porque Dios mismo decretó que lo fuera y no puede des– decirse. Nü sólo lo que acontece está previsto y es querido por Dios, sino t!.lmbién el modo y ilos medios pqi\}~$c les se obtiene. Dios, desde toda la eternid 1 W1~~ac~nó f1 ';~ :,, t.\
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