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CAPITULO V INTERVENCWNES PROVIDENCIALES Ante la multitud de males que asedinn, al hombre por todas partes la Providencia divina no está ocio'Sa. Dios lo ve todo y nada se oculta a sus divinos ojos. No es un ser pasivo, sin vida; es un Ser inteligente, infi:nitamente bueno y misericordioso. Con su Providencia interviene en, el mun– do, como hemos ya demostrado. ¿Cómo interviene? Tiene muchos modos de obrar, pero los más comunes son los que vamos a exponer brevemente. ARTÍCULO l.º La Providencia divina preserva. Es mejor prevenir el mal que remediarlo. Mejor es ser preservado que curado de una enfermedad; mejor evitar el golpe del adversario que curar la herida causada. Dice el salmista: "¿Quién se levantará por mí contra los mal– vados? ¿Quién, estará conmigo contra los obradores de la iniquidad? Si Yavé no me hubiera ayudado ya habitaría mi alma en ,el s€pulcro. Apenas decía yo: Vacilan mis pies, tu gracia, ¡ Yavé !, me sostenía. Y en las grandes angustias de mi co•razón alegraban mi alma tus consueilos" ( 1). Reflexiona y examina en cuántos peligros del alma y (1) Sal., 93, 16-19.

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