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CAPITULO III LA PROVIDEXCIA DfflNA Y LOS MALES DEL JJUNDO El problema del mal es uno d,J los que más han ator– mentado la inteligencia humana. A primera vista parece que los males se oponen a la Providencia de Dios, esencial– mente bueno, sabio y omnipotente. ¿Cómo, siendo tan bue– no y misericordioso, permite tantos males en el mundo? El maniqueísmo intentó explicar este problema admi– tiendo dos principios: uno bueno y otro malo. Del princi– pio bueno proceden los bienes¡ del malo, los males. Esta explicación es un error filosófico y una herejía contra la fe. ARTÍCULO l.!" ¿Qué cosa es el mal? l. El mal es una privación de bien. Si éste se debe al sujeto es positivo; si no se debe, es negativo. La caren– cia del bien positivo y debido al sujeto es lo que común– mente se entiende por mal. En general, los males pueden ser de orden moral y físico. La Providencia divina no pue– de mirar igualmente estos dos órdenes de males. .Males morales. Por males morales o de culpa se entien– den las privaciones de rectitud en las acciones libres en or– den al fin. Dios, siendo la santidad por esencia, no puede querer los males morales, ni directa ni indirectamente; ni